LA EXPERIENCIA ITALIANA: HISTORIA, PARTIDOS Y CONCLUSIONES
Dentro de nuestro análisis de los partidos hermanos en toda Europa, llegamos al caso italiano. En estos momentos, nuestra área en Italia vive el final de un proceso: el iniciado en 1995 con la transformación del MSI en AN. Esta transformación, hoy, se ha sellado con éxitos electorales y sin fisuras importantes. Fuera de AN, en cambio, se ha producido una desbandada y una situación de estancamiento político innegable. Para llegar a estas conclusiones hemos realizado un repaso a todo el ambiente surgido del MSI.
Movimiento Social Italiano: treinta años de aislamiento
Es suficientemente conocido el precedente de AN: el Movimiento Social Italiano. Este partido, aparecido en la postguerra italiana, se mantuvo hasta 1992, sufriendo distintos altibajos electorales. Aceptaba gustosamente la etiqueta de “neofascista”, y mucho más la de “destra” (derecha). Oficialmente fue fundado el 26 de diciembre de 1946, compuestos por antiguos miembros del Partido Nacional Fascista y del Partido Fascista Republicano, muy inspirado en la legislación social de la República Social Italiana y en los logros del Ventennio fascista. En 1947, adopta como símbolo la “fiamma tricolore” (la llama tricolor) que había sido emblema de los “arditi” en la I Guerra Mundial: “representaba el fuego fatuo que surgía del féretro de Mussolini”. Algunos aceptaban que las siglas del MSI querían decir en realidad “Mussolini Sei Immortale” (Mussolini Eres Inmortal).
En su primer bautismo de fuego electoral el MSI obtuvo en 1948 el 2% de votos. En los años siguientes, con la desaparición del movimiento de Uomo Qualunque y con el progresivo desplazamiento de los votantes del Partido Monárquico hasta sus filas, la cuota electoral fue creciendo sustancialmente, especialmente en las provincias del sur de Italia. Ya en aquellos años era un partido con “tendencias”: “socializadores” en el Norte, “corporativista” en el Sur. Estos suponían el doble de votos que los primeros. En 1950, se funda la CISNAL, el sindicato ligado al partido.
En 1953 alcanza el 5’8% de los votos, cuando su secretario general es Arturo Michelini. En ese momento, el MSI apoya la creación de la OTAN y refuerza su carácter anticomunista y apoya al gobierno democristiano de Tambroni (1960). Sin embargo, a partir de ese momento y en los treinta años siguientes, el MSI pasará a ser un “apestado” de la política italiana. En efecto, en 1960, el MSI intenta celebrar su congreso nacional en Génova, produciéndose graves incidentes, manifestaciones y contramanifestaciones que se extienden por toda la Liguria y luego a toda Italia. En los incidentes se produjeron una decena de muertos, a raíz de lo cual cayó el gobierno italiano y el MSI será aislado con la creación del “centro derecha” que se mantendrá en Italia hasta la “operación manos limpias”.
La sustitución de Arturo Michelini por Giorgio Almirante, no mejorará las cosas. El MSI será el “partido apestado”, arrojado fuera del “arco consttiucional”. A pesar de que en 1970, a raíz de los incidentes de Regio Calabria (generados, especialmente, por la actividad del grupo extraparlamentario Avanguardia Nazionale), y del ascenso de la violencia de extrema izquierda, frente a la cual el MSI era el adversario más duro, se produjo un ascenso electoral notable, el partido siguió aislado y sus dirigentes y militantes criminalizados por la violencia de izquierdas. En las elecciones comunales de 1971, el MSI llegó al 23% en Catania y al 21% en Regio Calabria. Por entonces, el MSI había logrado que el Centro Studi Ordine Nuovo, que se había escindido del partido quince años antes, se reintegrara (o al menos una parte). Al año siguiente, el Partido Democrático Italiano de Unión Monarquica se integro también en el MSI y, a partir de ese momento, el partido aparecerá en las competiciones electorales como MSI-DN (Derecha Nacional). En realidad, en ese momento, el MSI había logrado atraer a militares, funcionarios de los cuerpos policiales y jueces de derechas, llegando al 9’2% de los votos en el Senado y al 8’7% en el congreso.
Son los “años de plomo” que se inician con la revuelta estudiantil en 1968 y se prolongará hasta principios de los años 80. Una veintena de militantes del MSI son asesinados en ese período.
Pero no todos los cuadros del partido estaban dispuestos a soportar indefinidamente el aislamiento. En 1976 se produce la escisión de la corriente Democracia Nazionale con ocho diputados y senadores que se extinguirá en los años siguientes. Así mismo, Pino Rauti se convierte en el líder de la corriente que cuenta con más fuerza entre las bases juveniles (Linea Futura), y que en la segunda mitad de los setenta, realizará un prodigioso esfuerzo innovador.
Pero a pesar de todos estos esfuerzos, a pesar de las campañas contra el divorcio y de tomas de postura habitualmente próximas a la DC, a pesar de que los teóricos del MSI insisten en ese momento en la “crisis del sistema” y ofrecen a la DC la mano tendida para reconstruir una situación de orden, el partido parece haber llegado a su límite. En las elecciones de 1987, apenas consiguen el 6% de los votos. En otras palabras: el aislamiento político impide que eternamente se pueda conservar una bolsa estable de votos y, mucho menos, hacerla progresar.
Cuando muere Almirante el 22 de mayo de 1988, le sucede en el cargo de Secretario General, Gianfranco Fini. Brevemente, es sustituido por Pino Rauti, que después de veinte años de aspirar a la secretaría general, demuestra ser un buen teórico y un mal organizador. En efecto, en 1990, el MSI sufre su mayor batacazo electoral y muestra una grave crisis de identidad. Esto favorece el retorno de Fini, quien desde 1991, es el secretario general de la formación.
¿Por qué aparece esa crisis de identidad? Es fácil explicarlo por tres razones:
1.- en primer lugar por el sempiterno aislamiento del partido desde el congreso de Génova.
2.- en segundo lugar por una razón biológica: en efecto, los italianos que han vivido la República Social y el fascismo histórico, van desapareciendo y las nuevas generaciones no sienten el mismo apego ni el reclamo del fascismo.
3. A finales de 1989 cae el Muro de Berlín, dos años después, empieza la operación “manos limpias”, las Brigadas Rojas han desaparecido desde 1983… el MSI se ha quedado sin sus “grandes temas”: anticomunismo, antiterrorismo, anti-corrupción.
No es raro que en los años 1990-1993, el MSI se debate en la búsqueda de una nueva identidad: todavía permanece con fuerza el pasado (Alexandra Mussolini será elegida parlamentaria en 1992, se conmemora el 70º aniversario de la Marcha sobre Roma y el mismo Fini hablará del “fascismo del año 2000”)… pero, seguir con esas consignas y referencias históricas tiene un problema: recluyen en la asfixia política y la disminución del potencial electoral.
Cuando se inicia la campaña “Manos Limpias” contra las redes de corrupción, el MSI aprovechará para clamar contra los “ladrones del régimen”, apoyando sin condiciones a los jueces que dirigen la operación. El MSI ha percibido, finalmente, una posibilidad de romper su aislamiento… pero eso exige una transformación interior.
Aquí donde termina la historia del MSI empieza la de Alleanza Nazionale.
Alianza Nacional: del aislamiento al gobierno
En abril de 1993, Francesco Storace, portavoz del secretario general, publica un artículo en el diario del partido, Il Secolo d’Italia, en el que lanza la idea de una “nueva alianza nacional” que asocie a los “misinos” con personajes y formaciones conservadoras surgidas de la democracia cristiana y de la derecha liberal (PLI y PRI). Es el primer síntoma de que algo está cambiando. En el verano de 1993, las bases del partido discuten democráticamente este giro. En noviembre, con este impulso, se toma parte en las elecciones administrativas y el éxito no se hace esperar. El MSI se convierte en el primer partido en Roma y Nápoles y pasa a dirigir numerosos ayuntamientos. Este avence supone la confirmación de la nueva estrategia: el 11 de diciembre de 1993, el partido oficialmente pasa a llamarse “MSI-Alleanza Nazionale”.
Al año siguiente participarán en las elecciones políticas como aliado de Forza Italia en las regiones del sur, con el rótulo común de “Polo del Buen Gobierno”. En el norte se presentarán como candidatura independiente. El éxito es claro: el MSI lleg a su máximo histórico. Entra a formar parte, por primera vez, de un gobierno italiano… a pesar de que dure solamente ocho meses.
Se ha logrado el primer objetivo: romper el aislamiento, atraer a personalidades de la derecha democristiana, liberal y republicana. El 27 de enero de 1995, en Fiugge se produce el congreso de la transformación. Las tesis de la transformación se basan en un famoso artículo de Domenico Fisichella, publicado en Il Tempo en 1992, en el que sugirió al MSI, “promover una alianza nacional para salir de su estado de aislamiento político”. A partir de aquí, Fini, pidió a Gennaro Malgieri, director de Il Secolo d’Italia, completar estas tesis y darles forma de documento congresual. En ese documento, Malgieri elabora las tesis del “post-fascismo”. Dice, por ejemplo:
- “El patrimonio de AN surge del tejido de la cultura nacional que nos hace ser hijos de Dante y de Maquiavelo, de Rosmini y Gioberti, de Mazzini y de Corradini, de Croce, de Gentile y también de Gramsci”.
- “Es justa la afirmación de la derecha italiana, sin reticencia, que el antifascismo fue un momento históricamente esencial para el retorno a los valores democráticos que el fascismo hacía conculcado”
La transformación no es solo nominal, sino también de contenido y orientación política. Se intenta insertar al partido como fuerza conservadora, renovadora de la derecha italiana, aportándole un contenido social que hasta ese momento no tenía: la “derecha popular”, desplazando al partido en Europa hacia el área de las fuerza conservadoras moderadas. Esto explica el por qué AN no forma parte del Grupo Parlamentario de la Derecha Europa, sino de la Unión por la Europa de las Naciones, junto al Fianza Fail y a grupos conservadores del Este Europeo.
Sin embargo, no todos aceptarán la transformación. Pino Rauti, se escinde junto a un 5-7% de la militancia, no aceptando la disolución del MSI y formando el 3 de marzo de 1995, el Movimento Sociale – Fiamma Tricolore.
En 1996, AN participa en la creación del Polo por la Libertad que será derrotada por El Olivo, la coalición de centro-izquierda. En las elecciones europeas de 1999, AN intenta una maniobra arriesgada, crear una lista unitaria con los democristianos de Mario Segni. La coalición no tendrá éxito, obeniendo apenas un 10’3 y 9 parlamentarios. Será en el contesto del Polo de las Libertades y en las eleccones siguientes, cuando AN se recupere alcanzando un 13% de votos y venciendo la coalición en 8 de las 15 regiones italianas (y en todas las importantes).
En las elecciones de 2006, Fini propone unas primarias en el interior de la Casa de las Libertades, juzgando que Berlusconi no puede ser el cabeza de lista, pero no logra su propósito. A pesar de que la CdL pierda las elecciones por un margen mínimo de votos, AN se confirma como el segundo partido de la coalición y se sitúa de manera inmejorable para jugar un papel política más importante aún en el momento en el que el centro-derecha vuelta al poder. AN obtiene 4’7 millones de voros (12’3%) para la Cámara de Diputados y 4’2 millones (12’4%) para el senado. A partir de ese momento, AN es el tercer partido político italiano.
En la actualidad, el partido cuenta con cuatro corrientes interiores:
- “Destra Protagonista” (de Ignacio La Russa y Mauricio Gasparri), conocida como “los besluscones”, de carácter liberal y próxima a Berlusconi;
- “Destra Sociale” (dirigida por Gianni Alemanno), reivindica una “economía social de mercado”;
- “d-Destra” (guiada por Francesco Storace), la situada más a la derecha, reivindica un reparto proporcional de poder en el interior del partido;
- “Nuova Alleanza” (de Altero Matteoli), que constituye el apoyo más sólido para Fini.
Si el crecimiento de un partido ha de medirse por el número de afiliados, AN ha experimentado desde su creación en 1992, un cierto desarrollo numérico. En 1994, los afiliados con derecho a voto eran 124.123, cifra que se había duplicado en 2004. Los jóvenes del antiguo Fronte della Giuventú, se transformaron en Azione Giovanni (hoy presidida por Georgia Meloni), en cuyo interior existe una rama universitaria, Azione Universitaria, y una rama de enseñanza media, Azione Studentesca.
En las elecciones europeas de 2004, AN obtiene 3.750.000 votos con un 11’5% de os votos y 9 parlamentarios europeos. En las siguientes elecciones regionales, a pesar de que la derecha retroceda, AN mantiene sus resultados demostrando ser la fuerza electoral más estable del panorama de la derecha.
En el referéndum sobre la fecundación in vitro, Fini llamó a votar SI, lo que le cuesta un enfrentamiento con la mayor parte del partido. Gianni Alemanno critica la posición de Fini (especialmente por el fracaso del referéndum). En el verano de 2005, la jefatura de Fini es discutida por las bases y gran parte de los cuadros. En la asamblea nacional de julio de ese año se recompone la unidad, a duras penas, aprobando un documento de compromiso, contrario a las tesis iniciales de Fini. Se demuestra en esa asamblea que el 80% del partido estaba por la abstención en el referéndum, a pesar de lo cual el partido revalida la confianza en Fini.
Tras las elecciones del 13 de mayo de 2001, AN vuelve al gobierno como parte integrante de la Casa delle Libertà, con Berlusconi como primer ministro. AN es, en ese momento, el segundo partido de la coalición, a corta distancia de Forza Italia. AN destacará en la tarea del gobierno Berlusconi:
- Fini es vicepresidente del Consejo de Ministros,
- Altero Matteoli, ministro de medio ambiente,
- Mauricio Gasparri, ministro de comunicaciones,
- Gianni Alemanno, ministro de agricultura,
- Mirko Tremaglia, ministro para los italianos en el mundo.
Fini elabora la Ley Fini-Bossi que prevé la extradición de inmigrantes clandestinos tras un período en los centros de internamiento.
Pero, en ese momento se produce el viaje de Fini a Israel y sus declaraciones de condena al fascismo y al nazismo, definiéndolos como “el mal absoluto del siglo XX”, eludiendo así cualquier posibilidad de ser acusado de posiciones anti-judías y anti-democráticas. Al regreso a Italia, la vieja guardia missina monta en cólera y pide explicaciones. Fini argumenta que era preciso para dar credibilidad internacional a su opción. Solamente, Alexandra Mussolini se niega a aceptar las explicaciones de Fini y dimite del partido, marchando con un pequeño número de cuadros a fundar Alternativa Social.
De la historia que hemos visto de AN pueden deducirse algunos elementos interesantes:
- El partido percibió el cambio político-social que se dio en Europa (por la caída del muro) y en Italia (por la operación manos limpias) y actuó en consecuencia. Lo que hasta ese momento había servido, a partir de entonces ya no sirvirá: los partidos deben transformarse si no quieren perder el paso con la realidad.
- Al producirse una transformación, y aún cuando se haga unánimemente, siempre aparecen distintas posiciones: los que están más cerca de los orígenes y los que están más lejos de ellos. Es inevitable. A partir de ese momento, la única posibilidad de reglamentar el orden interno es mediante corrientes.
- Las transformaciones –como los Frentes- solamente pueden darse en momentos de crecimiento político (1970-72 con la incorporación de Ordine Nuevo y del PDIUM), en 1973 (formación de la Destra Nazionale), o en 1993 (momento de crecimiento del partido). Cuando se produce el reflujo, se tiende a la fragmentación (escisión en 1976 de la Democracia Nazionale).
- Cuando un partido deja de ser una opción electoral y se convierte en parte de un gobierno, representa a ese gobierno en las instancias internacionales, está sometido a leyes y reglas no escritas de la política internacional. En este contexto hay que interpretar las declaraciones de Fini en Israel. Las declaraciones son, objetivamente, desgraciadas y cuestionables, pero lo cierto es que a partir de ese momento desaparecieron las presiones internacionales sobre Berlusconi para que se deshiciera de los “postfascistas”.
- La tarea de dirección política de un partido en el siglo XXI, no puede realizarse mediante el “führer prinzip” y el recurso al cesarismo: es preciso contar con las bases y, especialmente, con las bases organizadas en corrientes. Si el líder quiere seguir siéndolo, no puede apelar eternamente al trucaje de las elecciones interiores, sino a mantener equilibrios con sus pares.
- Si un partido quiere crecer y ocupar espacios electorales cada vez más amplios, debe hacerse aceptable para estos espacios nuevos que se pretende conquistar. Y esto implica modificaciones estructurales y programáticas interiores, inevitables. Desde el período del MSI, éste partido nunca negó que su intención fuera ser la fuerza dominante de “la derecha”. AN lo ha logrado.
- Hacer política es “mojarse”. Hacer testimonialismo es referirse eternamente a los "principios". Si se quiere hacer politica, es preciso “mojarse”: descender al arrollo y participar en las corrientes políticas de la época. Esto es lo que ha hecho AN. Se podrán cuestionar algunos de sus orientaciones se podrán cuestionar declaraciones puntuales, pero resulta mucho más difícil cuestionar su tarea de gobierno: por que AN ha estado cuatro años en el poder, y ha contribuido a reformar aspectos del sistema italiano, en especial la legislación de inmigración.
Fuera de AN: “Fini traidor”
Desde el congreso de transformación del MSI en AN hasta unas semanas antes de las elecciones de 2006, todos los que se han situado fuera de AN han coincidido en una sola consigna: “Fini Traidor”, repetida constantemente, unánimemente, reiteradamente… hasta las elecciones de 2006. Sería difícil encontrar tal cúmulo de errores de dirección como los que han cometido en estos últimos diez años los miembros de “Fiamma”, el Fronte Nazionale”, “Forza Nuova” o “Alternativa Sociale”. Y lamentamos decirlo porque entre los dirigentes de estos grupos se encuentran amigos y camaradas con los que hemos compartido -intensamente, incluso- anteriores luchas.
1. Movimento Sociale “Fiamma”
Las reticencias que habían tenido los sectores específicamente “neofascistas” ante el giro postfascista de Fini, tuvieron como primera consecuencia la creación del Movimento Sociale “Fiamma Tricolore”, dirigido por Pino Rauti. El 3 de marzo de 1995, tras el congreso de Fiuggi, se funda el MSFT, que puede ser definido como el “partido neofascista de la derecha italiana”. Dirigido inicialmente por Pino Rauti… unos años después resultó expulsado de su propio partido y sustituido por Luca Romagnoli. Después de 12 años de “Fini traidor”, hoy colabora formalmente con la coalición de centro-derecha, la Casa delle Libertà. Todo esto merece ser explicado con cierto detalle, si bien es cierto que esta excursión por los disidentes de AN, se inicia bajo el signo de los conflictos internos y de los giros bruscos de orientación política.
En 1996, el MSFT se presenta por primera vez a unas elecciones, obteniendo el 1% de los votos y un senador. Mantiene su independencia y no se alia con la coalición de centro-derecha. En noviembre de ese año celebra su I Congreso que proclama su continuidad con el MSI y elige secretario general a Rauti. En las municipales siguientes logra algunos concejales. En las europeas de 1999, el partido obtendrá un diputado y el 1’6% de los votos. Luego firmará acuerdos con la coalición de centro-derecha en las regionales del 2000, que no impedirán que Rauti sea reelegido secretario general del partido en el congreso de ese año. Sin embargo, en el III Congreso del 2002, se producirá la catástrofe. El partido llega a ese congreso dividido en dos corrientes internas, se impone Lucca Romagnoli como secretario general, pasando Rauti al cargo honorario de presidente. Pero, lejos de estar zanjada la cuestión, se ha abierto el camino a la ruptura. El punto de discordia es el acuerdo con el centro-derecha. Romagnoli se opone, Rauti lo sigue defendiendo. A partir de octubre de 2003, la polémica se pasa a los tribunales cuando el partido ya se ha roto definitivamente. Aún así se intentará un acuerdo en el congreso extraordinario de febrero de 2004, que no hará sino sellar la crisis y la rotura. Triunfan las tesis de Romagnoli, Rauti es expulsado y marchará con el vicesecretario Giuseppe Incardona y el senador Luigi Caruso, para fundar el Movimento Idea Sociale. El MSFT obtendrá un 0’7% de los votos en las europeas del 2004, llevando a Romagnoli al parlamento de Strasbourg.
Libre del ala rautiana, el MSFT sella un pacto de colaboración con Alternativa Sociale que hacía poco se acababa de escindir de AN. En las regionales del 2005, en torno a Alessandra Mussolini se formará una coalición de todos los partidos situados fuera de AN. Pero la opción alcanzará únicamente un 1% de los votos. Este fracaso será relativamente compensado por la incorporación de Antonio Serena, diputado nacional, que abandona AN.
En las elecciones políticas del 2006, Fiamma se adherirá a la Casa delle Libertà, firmando el acuerdo el 28 de enero de 2006. El movimiento presenta a sus candidatos en el interior de la coalición de centro derecha en toda Italia. Obtendrá 231.000 votos (0’6%), no obteniendo ningún parlamentario.
El movimiento juvenil ligado al MSFT es “Giuventú Nazionale” y el grupo estudiantil “Bloco Studentesco”. En términos electorles el partido no ha logrado avanzar políticamente: en las elecciones de 1996 obtuvo 339.351 votos al congreso y 747.487 en el senado; en las de 2006 pasó a 231.313 votos al congreso y 204.473 al senado, descenciando del 0’9% al 0’6% en el congreso y del 2’3% al 0’6% en el senado. En las elecciones europeas las cosas no han ido mejor: en las elecciones de 1999 obtuvieron un diputado y 496.030 votos (1’6%), pero en las del 2004 se pasó a los 236.016 votos, un diputado, pero un 0’7% de porcentaje.
El balance de los 10 años de vida del MSFT es bastante pobre y demuestra varias cosas:
- El MSFT no ha podido recuperar ni la décima parte de los votos del antiguo MSI.
- El MSFT en su primera etapa se vio embarcado en una problemática interna que lo desgarró y, a partir de la cual perdió, más del 50% de su cuota electoral.
- El MSFT no es una excepción entre los que proclamaron “Fini Traidor”: en realidad, todos ellos, después de alardear de esta consigna durante 10 años… terminaron integrándose en la coalición berlusconiana: para ese viaje no hacían falta alforjas. A partir de ahí, no es raro que perdieran credibilidad ante el electorado: no se puede proclamar la traición de alguien durante 10 años, para, finalmente, ir a parar, en el último momento, a la misma coalición, sin pensar que todo esto no va a pasar factura electora.
2. Azione Sociale – Alternativa Sociale (Alexandra Mussolini)
Azione Sociale es el partido fundado por la nieta de Mussolini, cuyo nombre completo es « Azione Sociale con Alessandra Mussolini ». Formó parte de la federación Alternativa Sociale, junto con Forza Nuova y el Fronte Sociale Nazionale. Inicialmente, el partido se llamó Libertá di Azione, inmediatamente la Mussolini abandonó el partido tras el viaje de Fini a Israel. En las elecciones europeas de 2004, la coalición (AS+FN+FsN) obtuvo un escaño, muy por debajo de sus expectativas (pensaba obtener entre 3 y 4, compitiendo con AN por la hegemonía en la derecha).
Los objetivos de Azione Sociale son: defensa de la familia y de la vida, tutela de la infancia, protección a los ancianos, participación ciudadana, dignidad humana, justicia social y coherencia política. De cara a las elecciones generales de 2006, AS firma un acuerdo con la Casa delle Libertà (que consideraba a Adriano Tilgher del FsN y a Roberto Fiore de FN como “candidatos impresentables”). La experiencia se salda negativamente. Los votos obtenidos son pocos: 225.000 al congreso (0’7%) y algo menos al senado (0’6%).
A raíz de estos resultados, Alternativa Sociale se disuelve y cada una de sus tres partes, recupera la libertad de movimientos.
¿Conclusiones? Pocas:
- La unidad en “frentes del rechazo” no suele tener mucho éxito. No existe federación sin federador. Si la ampliación de las bases del MSI en AN fue un éxito se debió a que existía un núcleo impulsor de cuadros políticos fogueados y que se produjo en una fase de ascenso en el peso político del MSI (el federador). En cambio en AS ocurrió todo lo contrario: eran grupos de poco peso político, que intentaban aprovechar el “tirón electoral” del apellido Mussolini, a la cual le faltaban condiciones suficientes como para poder ser considerada "federadora".
- Sin embargo, Alexandra Mussolini no desmostró una gran capacidad política. Fracasó en su intento de ser el polo de referencia del “neofascismo” (la generación de la República Social ya había desaparecido casi completamente) y se mostró oscilante y dubitativa en sus relaciones con Berlusconi e incluso en las relaciones con sus aliados (Tilgher y Fiore), recibiendo el nombre de “mujer ping-pong”.
- La coalición ni se presentaba como “frente”, ni como embrión de un futuro partido, sino como una simple coalición electoral. Cada uno de sus partidos desconfiaba del otro y se mostraba “orgulloso” de mantener su independencia.
Sumados todos estos elementos, era evidente que la coalición no iba a poder encontrar un hueco electoral e incluso que iba a ser extremadamente inestable. En realidad, la coalición se estreno en las elecciones europeas del 2004 obteniendo 398.000 votos y un diputado y retrocedió en las políticas del 2004, pasando a 255.410 votos y ningún diputado.
3. Fronte Sociale Nazionale.
Partido fundado en 1997 por Adriano Tilgher, ex presidente de Avanguardia Nazionale y posteriormente de la Liga Nacional Popular. Entre 2003 y 2006 estuvo integrado en Alternativa Sociale. Su ideología queda definida en el documento titulado: “Las Tres Liberaciones”. El Fronte propone la liberación nacional, la liberación social y la liberación espiritual. Este planteamiento, excesivamente ideológico y propio de los grupos extraparlamentarios de los años 60 y 70, ni ha sido entendido por la sociedad italiana, ni probablemente es un planteamiento correcto, si bien sirvió al Fronte como “carta de unión” de sus militantantes. Pero, cuando se desciende al plano del “rigorismo doctrinal”, inevitablemente, aparecen los problemas. El Fronte tiene corrientes internas mal definidas, pero que en España conocemos demasiado bien… por su indefinición: nacional-bolcheviques, euroasiáticos, nacional-revolucionarios, etc. Estas “especificidades doctrinales” han generado buena parte de los conflictos interiores del FsN.
Cuando se planteó la aproximación de Alternativa Sociale a la Casa delle Libertà, una fracción no cuantificable de militantes, dirigidos por Paolo Signorelli, abandonó la organización constituyendo la Comunità di Socialismo Nazionale. Pero estas dificultades no impidieron que Tilgher siguiera promoviendo intentos unitarios –“frentistas”- a lo largo de 2006. Así, escribió a la militancia y al “sector” una carta abierta, de la que extraemos un fragmento:
“Me he preguntado si existe aún espacio para una política de ideas que aproxime y asocie cada vez a más personas. Me he respondido que si: por eso lanzo la propuestade crear una “constituyente de base”. Por lo demás, la voluntad, de más partes expresada, de unificar las organizaciones que son expresión de un área, que e reconoce en una fuerte identidad nacional y en la voluntad de reconstruir el estado social, debe, a partir de ahora, convertirse en el único motor para nuestras opciones futuras. Si los vértices de los sujetos de éste área no son capaces de unirse, intentaremos hacerlo a nivel de base”… El pequeño problema de este planteamiento es que las bases están, en su mayor parte, ligadas a organizaciones y, éstas dirigidas por cúpulas. Por otra parte, la “vocación social” que enarbolan todos estos grupos como “rasgo diferencial” choca con la existencia de una corriente dentro de AN que es, precisamente, la “destra sociale”. En cuanto a la negativa a ubicarse “a la derecha”, contrasta con la historia y vinculaciones de los cuadros políticos precisamente con “la derecha extrema”…
En estas condiciones no resulta excesivamente difícil intuir que, contrariamente a la opinión de nuestro amigo Tilgher, no hay un espacio político claro fuera de AN:
- ese espacio pudo existir hasta las elecciones europeas de 2003, cuando la Mussolini llegó al parlamento europeo, aupada por FsN, FN y su propio partido… y al mismo tiempo lo hizo Lucca Romagnoli por el MSFT. Si ambas formaciones se hubiera presentado unidas, hubieran alcanzado el tercer (e incluso un cuarto) diputado y hubieran podido presentarse como alternativa sólida a AN. Pero no fue así: se consideró un “éxito” obtener un diputado (diputado “ping-pong”)… pero en realidad se había fracasado en crear una alternativa a AN.
- ese espacio volvió a entreabrirse gracias a la reforma electoral de Berlusconi: los partidos que se sitúan en las dos grandes coaliciones, y queden los primeros, por encima del 2%, obtendrán cuatro diputados, mientras que los partidos que se presenten fuera de las coaliciones necesitarán un 4% para sacar 1 diputado. Para el MSFT y AS el 4% es inalcanzable… pero sí el 2%... a condición, naturalmente, de presentarse juntos. Y no fueron capaces, ni siquiera, de eso...
- esto indica una falta de preparación y de capacidad política de las cúpulas de estos partidos: sin paliativos y sin concesiones. Se equivocaron y esa equivocación volvió a cerrar un espacio político dentro de la coalición de centro-derechas… Ahora son “puros”, no están “contaminados” por la política del centro-derecha… pero están divididos en cuatro o cinco formaciones, sin diputados y sin peso político.
4. Forza Nuova
El partido de Roberto Fiore es, seguramente, el más conocido de todo el elenco italiano, en el exterior y especialmente en España. Así pues, lo que vamos a decir a partir de aquí, debería ser recogido e interpretado por los “socios” españoles de Fiore (los dos grupos de La Falange, los restos de DN e incluso AES, con también han coqueteado).
Forza Nuova, fue fundado en 1997 por Máximo Morsello y Roberto Fiore. Su programa se centra en la abolición de las leyes antiabortistas, la protección a la familia y a la demografía, el antiinmigracionismo, la abolición de las leyes antifascistas, formaciones de corporaciones, política social, defensa de las tradiciones y especialmente la prohibición de la masonería y las sociedades secretas. Inicialmente fue una asociaciones incluida dentro del MSFT.
Se ha dicho –incluso por los propios fundadores de FN- que el partido era una “recontrucción” de Terza Posizione, una organización que tomó el relevo de la derecha extraparlamentaria (Movimiento Político Ordine Nuevo y Avanguardia Nazionale) a finales de los años 70. En realidad, cualquier parecido entre ambos grupos, es pura coincidencia. Las experiencias de Terza Posizione no estaban bien definidas en el momento en el que los episodios de violencia política y la represión que siguió, la interrumpieron en 1980. Pero, nosotros, que recordamos perfectamente los siete o nueve números de la revista del mismo nombre, recordamos un espíritu completamente diferente. De hecho, no es por casualidad que el partido lleve un nombre que evoca a la formación española “Fuerza Nueva” e incluso en un momento dado –ignoramos ahora- la traducción de “El Cara al Sol” era considerada como el himno del partido italiano. Entre Terza Posizione y Forza Nuova lo que ha existido es la atenuación de la carga revolucionaria-social y la incrustación de una serie de elementos propios del catolicismo tradicional. Forza Nuova es, en sus contenidos, un partido de corte católico tradicionalista, con interpolaciones neo-fascistas clásicas. En otras palabras, es regresivo en relación a las experiencias de los años 70 realizadas, dentro del Fronte della Giuventú (los Campos Hobbit).
La colaboración entre 2003 y 2006 con Alexandra Mussolini, no supuso un despegue del partido. El giro hacia la Casa della Liberta, realizado tras casi 10 años de repetir incesantemente “Fini traidor”, no fue la mejor forma para ganar credibilidad.
Lamentamos no poder añadir mucho más sobre Forza Nuova. Sus resultados electorales han sido modestos, dentro del marco de AS. Ignoramos en este momento, la deriva que imprimirá Fiore a su partido. Sabemos, solamente, que impulsa determinadas iniciativas a nivel europeo para las que en España cuenta con… Andrino y Canduela.
Conclusiones: el sector AN y el sector no-AN
A estos cuatro partidos, podrían añadirse otros: el fundado por Rauti, el fundado por Signoreli, la constelación de grupos locales, más o menos nacional-revolucionarios, más o menos nacional-populares, más o menos neofascistas, o más o menos, socialistas-nacionales… Amén de una miriada de círculos culturales e iniciativas diversas, de las que, sin duda, la más interesante es Mutuo Sociale. Pero, por las características de este artículo no podemos apurar el tema.
- En general, el sector no-AN no ha entendido algo que nos parece esencial: que el paso del tiempo ha liquidado la posibilidad de supervivencia el neo-fascismo. Así como hasta principios de los 80 existieron grupos sociales importantes que habían vivido la República Social y el fascismo histórico y estaban dispuestos a entregar su voto a quienes enarbolaran los mismos ideales, el paso del tiempo ha sido inmisericorde con las viejas generaciones que, poco a poco, van siendo laminadas.
- Además se ha producido un giro político internacional desde mediados de los 80 y una revolución tecnológica que ya fue percibida por Adolfo Urso y Mauricio Gasparri (luego ministros con AN) en 1980, cuando hablaron por primera vez en una obra publicada por Il Settimo Sigillo sobre la revolución de las comunicaciones y la informática que se avecinaba. La globalización ha creado un nuevo marco político ante el cual las viejas consignas juveniles de los años 60 y 70, ya no sirven, ni pueden encontrar eco entre la población.
- Incluso cuando FN clama a favor de la disolución de la masonería… esa consigna podía ser agitada en los años ochenta, cuando se descubrieron las manipulaciones de la Logia Propaganda 2… pero ahora quedan demasiado lejos. La masonería italiana, como toda la masonería europea, está en crisis irreversible. La consigna no es de lo más afortunada.
- Todo este ambiente, por lo demás, está envuelto en querellas ideológicas, recelos, desconfianzas, aproximaciones, rupturas, sir advertir que todos estos conflictos se producen cada vez en un ambiente de pérdida de peso político, pérdida de volumen electoral, pérdida de base social y pérdida de norte político, en definitivo.
- Ante esta situación, hay pocas opciones, especialmente cuando AN vive un buen momento interior y existen corrientes interiores que no ocultan su fidelidad al pasado… así como su adecuación al presente. El hecho mismo de que las polémicas declaraciones de Berlusconi suscitaran una gran oposición interna, pero no una ruptura, dice mucho sobre la capacidad política de algunos de los cuadros de AN.
- Los errores de apreciación de la situación política en su propio país, imhabilitan a Forza Nuova, en este momento, para jugar un papel decisivo en otros países –especialmente España- incluso a nivel de “consejeros áulicos”.
- El nivel de fragmentación interior de todo el ambiente situado fuera de AN, hace que podamos hablar de él como de un “área” en estado gaseoso, muy parecido a España, en determinados aspectos (querellas ideológicas sin fin, imposibilidad para avanzar –en España más allá de un 0’1%, en Italia más allá del 1%- fragmentación en una docena de partidos y partidillos, cambios constantes de punto de vista, reservas insalvables entre unas fracciones y otras, etc.).
- El sector no-AN vive permanentemente con la esperanza de que un sector importante de AN se desgaje y vaya en su ayuda. No parece claro que esto pueda ocurrir. AN se muestra como un partido estable de la derecha italiana. Así pues, las posibilidades de crecimiento del área no-AN son problemáticas.
- Los errores políticos se pagan, las enseñanzas políticas se cobran: el error de MSFT y de AS de presentarse separados en las últimas elecciones generales, se ha pagado con su desaparición práctica como fuerza política; por el contrario, la percepción de que el mundo había cambiado y que se agotaba la bolsa de votos del neofascismo, unido al derrumbe del centro-izquierda tras la operación “manos limpias”, llevó al MSI del aislamiento… al gobierno.
- Está claro que AN ha renunciado a algunos elementos del ideario fundacional del MSI en su larga marcha hacia el poder. Se puede discutir sobre la importancia y la naturaleza de esas renuncias, sobre si eran o no necesarias, pero lo que no se puede discutir es que con menos votos que Le Pen en Francia, AN los ha sabido rentabilizar mejor.
- La disyuntiva es: cada modalidad de nuestra área política tiene en Italia un partido de referencia… sin poder político, pero con un alto grado de definición doctrinal. AN, en cambio, tiene una menor definición doctrinal, pero mayores espectativas y mayores cuotas de poder: ¿Qué es mejor discutir eternamente sobre “socialismo nacional”, “tradicionalismo evoliano”, “neofascismo”, “ni derechas, ni izquierdas”, “derecha antagonista”, “antimasonismo”… o presentar un programa con eco en determinadas capas de la sociedad italiana?
En la respuesta está el camino a adoptar…