NI DERECHAS NI IZQUIERDAS ¿ES TODAVÍA UN SLOGAN VÁLIDO?
LAS CONSIGNAS Y LA REALIDAD
En los años 30, algunos fascismos adoptaron la consigna de “ni de derechas, ni de izquierdas” en un momento en el que el sistema de partidos era atacado desde todos los frentes. Estaba claro que los regímenes partitocráticos sufrían un envite desde la izquierda comunista y anarquista. Ese envite, en buena lógica, debería tener una contrapartida “a la derecha”… sin embargo, partidos como Falange negaban cualquier vinculación con la derecha.
Pero esta desvinculación no era creíble. Ciertamente FE tuvo relaciones con el sindicalista Angel Pestaña y tenía relaciones correctas con algunos socialistas… Bien, pero lo esencial de sus efectivos, surgieron de la derecha de la derecha, es decir, de la extrema-derecha de la época. En enero aparecerá un libro de Xavier Casals, sobre el fascismo en Catalunya desde principios del siglo XX hasta ahora. Uno de los capítulos trata precisamente sobre el ambiente que compartía FE en Catalunya antes de la guerra. ¿La conclusión? Que una cosa es decir “ni derechas, ni izquierdas” y otra muy diferente serlo. Antes de la guerra, lo lamento mucho para quien se desengañe, pero FE, al menos en Catalunya, era uno de los muchos grupúsculos de extrema-derecha.
Así que, fuera de las leyendas, al margen de las consignas oficiales, lo cierto es que en España, FE, ocupó un espacio político real… a la derecha de la derecha.
Se sabe que antes de febrero de 1934, José Antonio no pudo conseguir una lista común con la CEDA… no por que no lo intentara, sino porque las exigencias que puso eran tales, que no hubo forma de que Gil Robles –en principio de acuerdo con la idea- pudiera aceptarlas. Sin olvidar que los amigos vascos de José María de Areilza, Conde de Motrico, la alta burguesía de Neguri, de derechas de toda la vida, apoyaba económicamente las revistas que sacó Ramiro Ledesma poco antes de la guerra, como cuenta el propio Areilza. Sin olvidar, tampoco que algunos intelectuales próximos a todo esto, como Jiménez Caballero, se presentaran a las elecciones de febrero de 1936 con candidaturas particularmente ubicadas a la derecha de la derecha o en, cualquier caso, entre la derecha.
Descendiendo a un terreno más general y utilizando las etimologías como referencia: la “derecha” (la destra) implica el “camino recto” (diritto), es decir el “que se ajusta a derecho”. Por su parte la “izquierda”, etimológicamente deriva de “sinista”, literamente, “lo siniestro”, “el accidente” (la otra acepción de siniestro). Si hay que distinguir por los valores: la derecha es fundamentalmente conservadora, mientras que la izquierda es progresista. Harina de otro costal es que no haya gran cosa a conservar en este momento y que el progresismo se ha mostrado la más inmensa, negativa y terrible aventura intelectual.
EL NI DE DERECHAS NI IZQUIERDAS, AQUÍ Y AHORA
Todo eso ocurrió en el pasado. En la transición las cosas no cambiaron. Los grupos falangistas y de extrema-derecha siguieron siendo y ocupando un rol político situado a la derecha de la derecha y percibidos como tales por la opinión pública, irremisiblemente.
Mientras transcurrieron los primeros años del régimen de partidos y la democracia formal todavía era una novedad, los partidos políticos eran intocables y presentados como garantes de las libertades y el progreso. Pero desde entonces todo eso ha cambiado: los partidos han decepcionado a la opinión pública. Nunca como ahora su prestigio ha caído tan bajo. Se han rebasado las peores cotas de corrupción del felipismo. Ahora ya pocos dudan de que la corrupción no es coyuntural, sino estructural. Toda España es una gigantesca Marbella.
En estos momentos, amplias franjas de la población no se identifican con los partidos… ni de derechas ni de izquierdas:
- Los partidos y los políticos están “bajo sospecha”. La percepción que se tiene de ellos es que son corruptos y corruptores y hacen causa común con las mafias de la construcción. Los grandes negocios se hacen a la sombra del poder y los partidos y los políticos meros comisionistas.
- Esta crisis de confianza en los partidos se evidencia en dos fenómenos innegables:
1) El aumento de la abstención electoral que en las últimas consultas llega al 40-50% del electorado.
2) El aumento de los votos nulos y en blanco que suponen una media del 2’5-3% en las últimas consultas.
3) La aparición de formaciones cívicas de carácter anti-partido.
- Nadie cree ni en las promesas de los partidos, ni en sus programas, ni se extraña excesivamente de que las traicionen. Las cifras de afiliación a los partidos permanecen bajas y en algunas zonas, como Andalucía, el PSOE tiene tantos afiliados como cargos públicos.
- Los mismos medios de comunicación son conscientes de que la información política cada vez interesa menos; muchos medios ni siquiera envían redactores a las ruedas de prensa: saben exactamente lo que los políticos van a explicar, solamente precisan la noticia de agencia para construir su titular. Los telediarios, cada vez más, alternan noticias frívolas y curiosas para evitar el tedio al que los políticos someten a la opinión pública.
- El hecho de que las mayorías absolutas se decidan en el “centro” político, implica que las políticas de los partidos, especialmente, en períodos electorales, son extremadamente parecidas: políticas de centro-derecha y de centro-izquierda. En realidad, se trata de lo que algunos han definido como “la única política posible”. Cuando un partido se escora hacia la izquierda-izquierda, en lugar de al centro-izquierda (caso del PSOE en las elecciones del 2000 cuando propuso un “gobierno de izquierdas) o a la derecha-derecha, en lugar de al centro-derecha (línea de Esperanza Aguirre, frente a la línea Gallardón), corren el riesgo, no solamente de no alcanzar la mayoría absoluta, sino incluso de perder las elecciones. Y en el centro está la indefinición y el verbalismo.
Así pues ¿vale la consigna “ni derechas ni izquierdas”? Se puede actualizar de tal manera que suscite más interés por parte de los medios y también sea más actualizado, porque no es solamente contra la derecha y contra la izquierda que se trata de denunciar… sino la partitocracia: centro, centro-derecha, centro-izquierda, derechas regionalistas, izquierdas republicadas, etc.
ALGUNAS ORIENTACIONES SOBRE LA UBICACIÓN POLÍTICA
1) No se trata tanto de construir un “partido”, como un “anti partido”. El núcleo de ese “anti partido” debería ser el movimiento cívico de protesta contra la inmigración ilegal y masiva y por la moralidad pública contra la corrupción.
2) No se trata solamente de estar “contra la derecha y contra la izquierda”, sino de demostrar una voluntad de honestidad y claridad. Frente a la política “centrista”, tibia y de medias tintas, una forma clara, rotunda y sin equívocos de hacer política. Nuestro enemigo no es la derecha, ni la izquierda, sino los corruptos de derechas y de izquierdas, los oportunistas y aprovechados de ambos lados, los políticos dogmáticos, ya sea los conservadores… que no tienen nada que conservar, o los progresistas… que han fracasado allí donde han impuesto sus normas. Lo que apelamos es a la honestidad, a la eficacia y a la libertad de pensamiento, en lugar de al encorsetamiento con el que los partidos ciñen a sus clases políticas (nunca hay disidentes parlamentarios en ningún partido… el que se mueve, a la derecha y a la izquierda, no sale en la foto, o lo que es lo mismo: el que tiene personalidad y lo demuestra, no cabe en las listas).
3) Más que estar “contra la derecha y contra la izquierda” se trata de defender un trasversalismo situado por encima de las ideologías y los programas: ¿y que es el trasversalismo? Soluciones simples a problemas complejos, mas allá de los dogmas de los partidos, las doctrinas y los roles de izquierda y derecha. Las políticas son correctas o erróneas, los políticos son honestos o deshonestos: lo que se buscan son políticas correctas y políticos honestos, más allá de su ubicación en la geometría política.
4) Tampoco se trata de tender a la constitución de un partido populista. Desde que en 2001 en la VII Universidad de Verano de DN, Martín Beaumont explicó lo que “era el populismo”… tenemos muy claro que ese es uno de esos términos vacíos que no significan nada aunque aspiran a serlo todo. No. Si el populismo es, como decía Beaumont “escuchar al pueblo y dar la razón al pueblo”, nosotros no es lo que pretendemos. Lo que pretendemos es otra cosa: que el sistema representativo lo sea verdaderamente y no se detenga en una democracia formal… pero no real. En otras palabras, lo que aspiramos es a mayores y más directas formas de representación. Con las palabras: “movimiento cívico trasversal”, ya huelga por completo la definición “populista” o “nacional populista”. Por otra parte, el “populismo” está, evidentemente, demasiado cerca, semánticamente del PP, aunque solamente sea por un afán diferenciador, hay que renunciar a esta definición.
Queda mucho por decir sobre este tema, pero estos son algunos de los rasgos básicos, del anti-partido, suficientes para iniciar el debate.
14 comentarios
olivens -
Django -
Virtud politica necesaria en España en el siglo XXI, de la que los fachas carecemos.
Piumm, pium, pium!
quique -
Plataforma por Cataluña en laspasadas municipales obtuvo concejales en 4 localidades, varias capitales de comarca (no son pues los tipicos concejales "azules" meramente anecdóticos en pequeñas aldeas). Su mensaje , con la "idea fuerza" de la inmigración es claramente transversal. Otra cosa es que su pseudo orientación nacionalista catalana a algunos nos produzca repelús, pero ahí esta y veremos que hace en las próximas municipales.
Posible opción estratégica: entrar en PxC e intentar reconducirla desde ese pseudonacionalismo catalán a posiciones más españolistas (que además permitirían una mejor expansión en el resto de España)
Por un puñado de dólares -
a De Maistre -
Sobre la posibilidad de que exista una "derecha de pensamiento", lo pongo en duda. Creo que el único camino que hay, hoy por hoy, a la derecha, es el del PP y que hoy, en la política de este país no hay espacio suficiente para otra opción de "derechas" o "conservador".
Y creo, finalmente, que el problema es de hartazgo de los partidos, de desconfianza hacia los partidos y sus dirigentes y de permanente aumento de la abstención, los votos en blanco, los votos nulos y la aparición de opciones anti-partido.
De Maistre -
En primer lugar, no estoy tan seguro de que la consigna ni de izquierdas ni de derechas sea algo consustancial a los fascismos. Tengo la impresión de que se trata de una fórmula joseantoniana que han heredado las diversas derivaciones del fascismo español pero que no tiene parangón en otros países. La experiencia nos demuestra que los militantes y las formaciones de otros países no tienen el menor inconveniente en definirse como de derechas, incluso aunque en política económica aboguen por soluciones totalmente intervencionistas o por otra parte reivindiquen el socialismo. Al menos me consta que esto es cierto en países como Italia, Francia o Rumania. Sí, es verdad que también hay sectores dentro de esos países que niegan cualquier vinculación con la derecha, pero son bastante minoritarios. Lo habitual es que el militante medio se defina como de destra o droite, adjuntándole diversos adjetivos según el caso (nacional, social, radical, etc). Las diversas formaciones tampoco rehúsan dicha definición. Aquí en España es diferente. Dile a cualquier militante nacionalista (ya sea fascista, falangista, nazi, franquista o populista) que es de derechas e inmediatamente te saltará a la yugular, como si le hubieses dedicado el peor de los insultos. Mi sospecha es que esta peculiaridad española se debe a la herencia del discurso joseantoniano. En una ocasión pregunté a un militante italiano que por qué se definían como derecha y me respondió que hay un discurso de Mussolini en el que éste hablaba de la gran derecha, refiriéndose al movimiento que encabezaba. Esto lo cuento a título de anécdota, ya que ignoro por completo si este dato es verídico.
En segundo lugar, creo el no situarse dentro del espectro ideológico lleva a una permanente indefinición en todos los aspectos. Es tristemente habitual que le preguntes a un falangista sobre su posición sobre determinada cuestión y te responda que ni con unos ni con otros sino todo lo contrario o alguna frase por el estilo. Por otra parte, es también bastante frecuente que el nacionalista español se desgañite la mayor parte de su tiempo explicando a los demás que no es de derechas o que no tiene nada que ver con la derecha, perdiendo así tiempo precioso que podría emplear explicando su postura real ante las diferentes cuestiones (más allá de debates terminológicos que no llevan a nada). Lo queramos o no, actualmente las posiciones políticas se expresan según las coordenadas de derecha e izquierda, por lo que situarse fuera de este eje lleva a la confusión y a la desconfianza por parte del ciudadano.
En tercer lugar, no tengo tampoco muy claro que la definición ni de izquierdas ni derechas o la más adecuada que propone el caracol de movimiento transversal supongan una mayor potencialidad para el partido en cuanto a la captación de militantes y/o votantes. Por un lado, este tipo de definiciones están claramente asociadas al fascismo español por parte del votante avezado, con lo cual no se consigue salir de la espiral negativa. Por ejemplo, basta mentar a un contertulio de izquierdas que no te defines ni de izquierdas ni de derechas como para que se huela la tostada y te defina como fascista. Por muchos adornos que le pongas. Por otro lado, no está probado que el definirse como de derechas suponga un inconveniente importante a la hora de captar al tradicional votante de izquierdas. El ejemplo más claro lo tenemos en el Front National , que a pesar de que se ha definido en varias ocasiones como droite nationale, recoge gran cantidad de votos de antiguos simpatizantes de izquierdas (el ya famoso cinturón rojo de París).
Finalmente, creo que actualmente hay un espacio electoral de derechas, de la derecha de ideales, no la económica, que no es llenado por nadie. El PP no se puede considerar un partido de derechas bajo ningún punto de vista. Si acaso, y si se me permite la ironía, podría ser un partido conservador porque conserva todas las reformas negativas que introduce la izquierda.
Quiero aclarar en todo caso que esto es una simple reflexión autocrítica, ya que en buena parte soy seguidor de la posición tradicional de nuestro sector sobre este punto.
El bueno, el feo y el malo -
Lo que yo quiero saber, como ciudadano de a pie, es donde tengo que apuntarme, sin que me molesten mucho, para que dejen de entrar inmigrantes, se regule a los que hay, los etarras no anden sueltos por la calle y todas las regiones sean iguales ante la ley, con las excepciones aceptadas forales.
Y eso rapidito, que el Zapatero esta como loco y mientras mas tiempo pasa mas jodida esta la cosa.
Venga hombre!, si no van ni a votar.
Lo que importa es ser importante para los medios de creacion de opinion.Los que viven de eso.
Los que estan apoltronados en el poder.A esos es a los que hay que usar y no solo a los vecinos.
Eso en mi humilde opinion.
Castro -
Quitar a ZP es un objetivo, pero poner al PP es dar la llave a los que abrieron la cerradura de la puerta a todos esos que nombras.
¿Alguien que la cierre con silicona?
Mi nombre es Ninguno -
Y para las proximas elecciones? Quien va a quitar a ZP de en medio?
No a la americana, digo sacarlo de la Moncloa.
Porque los politicos son despreciables pero son la mano de los que mandan, que no es precisamente el pueblo.
Y aqui de lo que se trata es de parar urgentemente la descomposicion del derecho y poner cerradura en la puerta para que los moros, los negros y demas esten mas regulados, no?
Porque todo es cuestion de ganar tiempo, tierra y aire.No?
Castro -
Eso sí, asumiendo de salida que para el resto de los partidos y los medios de comunicación "será percibido... como riesgo y lógicamente tratarán de encasillarlo en áreas malditas clásicas a fin de demoniarlo", lo tratarán y lo conseguirán. Las ecuaciones son fáciles: antiinmigarción = xenofobia = Le Pen = ???
Pero convendremos que esas acusaciones no tendrán el mismo efecto en los votantes, si se tiene preparada una respuesta de imagen y argumentos, que si el objeto de la acusación incluye el skin agresivo, el azul mahón con camisa arremangada y el "Arriba España" al final de cada conferencia pública.
A Trinity -
Hoy sale artículo sobre este tema en El Caracol.
Sobre el resto? Hombre, se nos ve el plumero si vamos y decimos "Soy más trasversal que la M-30" y detrás tenemos un rapao, un poco más allá al mismísimo Torrente y a lo lejos oteando el horizonte a uno con camisa azul, gorrito cuartelero, guantes negros, representantes todos de la España del desnudo brazo en alto y la pertinaz sequía.
A mi modo de ver, el nudo de la cuestión es que el anti-partido es percibido, inevitablemente, como riesgo por los partidos y lógicamente se trata de encasillarlo en las áreas malditas clásicas a fin de demonizarlo
Pero, claro, también se supone que el movimiento cívico trasversal, prevé estas situaciones y se "sabe vender".
¿Comunidad? un sector de la ciudadananía, fundamentalmente honrado, harto del ninguneo de los partidos, cansado de ver que desde hace 10 años sus salarios están estancados (o sea que han perdido un 30-40% de poder adquisitivo y los grandes consorcios han multiplicado desde entonces por 20 sus beneficios, asustad por la riada migratoria y todo lo que implica y preocupado por la crisis de autoridad
Con esto es suficiente. Tampoco hace falta la existencia de una volksgemeinschaft firmada y rubricada.
Le seguian llamando Trinidad -
Porque si lo que se sigue pensando es en 'nosotros', se nos ve el plumero.
A mi el transversalismo me suena a visto(eso si, nunca aplicado)y quemado: transversal? Ah, si hombre, los nazis otra vez...
Utopico.Por lo menos en España.
Movimiento por el sentido comun?
Comun a quien, amigos?
Porque la comunidad se ha convertido en una entelequia.
El que es de Derecha, de la de Roma, puede sentarse con rojos, rosas, verde sandias, grises, azules, y negros sin pringarse.
Ajo -
Ajo -
Aunque se echa de menos el nombrar q tanto el PP y el PSOE, q como bien se ha dicho se disputan ese gran electorado q se situa en el centro, ambos tienen una clientela de por si, situada a los dos lados del centro, aquellos q malamente se autodenominan socialistas y aquellos q malamente se autodefinen populistas-conservadores, es decir para poder disputarse el centro primeror tienen un nucleo de toda la vida q les vota ya de por si, es un tipo d votante habitual.... por comentar un caso ya veremos si Plataforma por Catalunya que carece de ella es capaz de consolidarse, mas alla del voto flash del descontento, lo nuevo etc...