EL DUDOSO PLACER DE DEBATIR SOBRE EL VERDADERO SOCIALISMO, EL SOCIAL-PATRIOTISMO Y LA AUTONOMÍA HISTORICA.
Desde que decidimos abrir este blog de El Caracol nos hemos propuesto, por una parte, denunciar usos nefastos y deformaciones del ambientillo y abordar debates de clarificación. Unos tienen más importancia que otros. La importancia de un debate deriva de la cantidad de gente que se ve afectada por él. Un debate sobre el “socialismo” en el ambiente patriótico es un debate de poca importancia porque muy pocos se sienten “socialistas”. Los debates entre minorías hiperminoritarias, restan tiempo a los verdaderos debates. Y debemos reconocer el escaso interés que tenemos en discutir sobre este tema. Maldita la hora que se nos ocurrió intentar elucidar si lo NR y lo NS era lo mismo, parecido, antagónico o contiguo. Pero bueno, ya que alguien ha escrito algo sobre ello, responderemos.
Evidentemente, el punto de partida del debate es el que la bitácora n-r plantea; a saber: “Nosotros por nuestra parte opinamos que el socialismo es irrenunciable y que la definición sobre la autonomía histórica no aporta ningún suplemento especial a la actividad política ni significa un valor añadido a un grupo político o su actividad.” Pues bien, a partir de esta introducción –poco prometedora, a decir verdad- vamos a intentar arrancar.
EL “SOCIALISMO”, Y LA ECONOMIA DE ESFUERZOS
Descubrir es socialismo es una “grande cosa”. Hasta ahora, nadie se había percatado de que el partido que se llama “socialista” y que arrastra casi diez millones de votos, no es socialista o, peor todavía, es “falsamente socialista”. Vete tú, uno por uno a esos diez millones de votantes socialistas, unidos a los otros diez de la derecha que creen que el socialismo es el del PSOE y explícales que todos están equivocados y que los “socialistas del PSOE” son “falsos socialistas”, porque, hete aquí, que los socialista “verdaderos”, somos, mira por dónde éste y yo… ¿Es de recibo un planteamiento así, aunque sobren argumentos? ¿Sobran? Hoy no hay más socialismo real que el del PSOE y ZP es su profeta.
Aunque solamente sea por una mínima y lógica economía de esfuerzos, lo que no puede hacerse es discutir sobre “esencias puras”. A algunos, el tránsito por la falange les ha generado daños colaterales: hay una “falange auténtica” y, por tanto, se supone que hay una “falange falsa” (es decir, todas las demás). Hay un socialismo auténtico (el nuestro) y un socialismo falso el de los demás, incluidos comunistas, socialistas, socialistas revolucionarios, socialdemócratas, laboristas, trotskystas, marxistas revolucionarios, anarkistas y demás lindezas. Pero dado que la diferencia entre el socialismo “auténtico” y el “falso” socialismo, no es evidente a simple vista… hay que emplear buena parte de los esfuerzos demostrar que lo auténtico es auténtico y lo falso es falso. Y más vale empezar convenciendo a PRISA de que apoya a los “falsos socialistas” y a la COPE de que sus andanadas van contra esos farsantes que, por no ser, ni siquiera son socialistas… Ardua y problemática tarea. Me gustaría que n-r nos explicara como hacerlo. Porque necesario si es.
En una sociedad de masas los fenómenos son lo que son, no lo que a nosotros nos gustaría que fueran. No existen socialismos a medida. Existen socialismos que todo el mundo considera “socialismos” –salvo una ínfima minoría dentro de una minoría de patriotas- y que, por eso mismo, son “el socialismo”. ¿Y yo qué quieres que te diga si todavía no he encontrado nadie que le interese el debate sobre si el socialismo del PSOE es falso?
Intentar disipar este equívoco –que en mi opinión no lo es, sino que el único socialismo es el socialismo real, esto es, el de la corrupción, el de la baba coriácea de ZP, el del GAL, el del tripartido, el del felipismo y así sucesivamente- es vano y fútil. Siempre habrá unas elecciones en las que se presente como mínimo una etiqueta socialista (falsa para tí, pero con más capacidad que tú de penetración en las masas) que condene a la esterilidad todos los esfuerzos empleados en disipar el equívoco.
EL MENSAJE ES MENSAJE POLÍTICO CUANDO ES MENSAJE CLARO, SINO, NO.
Luego existe otro problema: ya no se trata solo de demostrar cuál es el socialismo falso y cuál el auténtico (lo que no es moco de pavo), sino especialmente, lograr que el receptor del mensaje entienda que debe de apoyarte a ti, y no al falso. En ocasiones, los productos falsos tienen cierta ventaja. Por ejemplo, cuando se compra una carga de toner de impresora, te suelen preguntar: “¿de marca o compatible?”, hombre, a la vista de los 15,00 € de diferencia, casi me lo dé de pastel… Todavía no he comprobado que el “auténtico” sea mejor que el “falso”.
Así pues, tras ímprobos esfuerzos, puede ocurrir que, por simple agotamiento, hayamos logrado demostrar a un persona, que nuestro socialismo es el de “verdad” (la Comuna de París, Proudhom, Ramiro, todos grandes socialistas, sobre todo éste último), queda solamente demostrarle que el “verdadero” es más recomendable que el “falso”.
Las posibilidades matemáticas de conseguir que todos estos esfuerzos y demostraciones lleguen a buen puerto, se van reduciendo progresivamente. ¿Por qué? Por que el mensaje va perdiendo claridad. Primero lo lanzamos intentando eludir el hecho de que en el imaginario colectivo del pueblo español “socialismo” son “100 años de honradez, 40 de vacaciones y 15 de corrupciones”, el rostro gitanesco de Felipe y el blandurrio de ZP, el nacional-charneguismo de Montilla y el nacional-alcoholismo de Maragall, o el nacional-catetismo de Bono. Liberada la mente de todos estos “pequeños” prejuicios, queda solamente demostrar las ventajas de un socialismo sobre otro. Es decir del socialismo falso pero con decenas de diputados nacionales, europeos, autonómicos, miles de concejales y millones de votos, con el socialismo que tiene en su haber solamente el hecho de ser “verdadero” o autotitularse tal.
Creer que una lucha de convencimiento de este tipo puede ser emprendida con garantías de éxito, es ya ingenuo, pero creer que el mensaje puede ser entendido por sectores apreciables de la población es un error que se paga con la esterilidad política más absoluta.
SOBRE LA CONCEPCION DEL “SOCIALISMO”. TODOS SOMOS SOCIALISTAS
Va n-r y dice: “Entonces a la forma simple diremos socialismo al socialismo.”. Claro, ahora solo falta definir al “socialismo”. Y entonces n-r recurre a lo “sesudo”: “Poniéndonos mas lógicos, mas sesudos. Si lo que predicamos es el socialismo, el reparto de la riqueza general de forma que sus beneficios alcancen al máximo de la población bajo la formula administrativa o política que corresponda en cada momento, debemos decir que queremos el socialismo, la justicia social”.
Esperábamos algo más, francamente. El concepto “sesudo” de socialismo es más simple que el rabillo de una boina: socialista es todo aquel que “predica” (encomiable labor de apostolado) “el reparto de la riqueza”. Joder, menos mal. Así pues, todos somos socialistas, empezando por León XIII cuando ya aludió al “reparto de la riqueza”, y es más, los mentores de la globalización, no la “predican” argumentando que generará una mayor concentración de capital, sino que también explican que, después de unos “pequeños desajustes” iniciales, todos se verán beneficiados por la globalización. Incluso los carlistas son socialistas y, además, los jodidos van y lo reconocen, y su aspirante Carlos Hugo, se define como tal. Los falangistas no se llaman socialistas porque bastante cruz tienen con eso de ser sindicalistas, pero, con todo el derecho del mundo podrían incorporar también la catalogación de socialistas a sus méritos, pues no en vano también ellos buscan “distribuir la riqueza”. Afortunadamente siempre nos quedará Evola como no-socialista.
Yo lo lamento, pero si este es el gran argumento para incorporar el término socialista a una definición, para ese viaje no hacían falta alforjas. Me parece un argumento simple, fuera de la realidad y, en definitiva, malo. Por que a lo malo, hay que llamarlo malo, como al socialismo socialismo.
[Releídas estas líneas antes de lanzarlas on line se me ocurre añadir que una de las formas de socialismo, el socialismo fabiano, fue asumida por el clan emergente de los Rockefeller a principios del siglo XX y, en buena medida, hasta no hace mucho ha sido la única ideología que ha inspirado a los “liberales” norteamericanos. La idea es que primero hay que aumentar el volumen de riqueza que el mercado y la vida misma se encargarán de distribuirla. Así pues, al acertijo de “¿cuál es la ideología poliédrica que puede ser aceptada tanto por un marxista-leninista-pensamiento mao-tse-tung-abimael-guzmán-y-demás, como por un Rockefeller de la vida, pasando por n-r? ya sabemos la respuesta: es, coño, cómo no había caído antes, el “socialismo”. Premio pa’l caballero]
RAMIRO ESE GRAN VERDADERO SOCIALISTA (POR CIERTO FUSILADO POR SOCIALISTAS FALSOS)
Seamos claros: si en José Antonio hay poco material salvable para la actualidad, en Ramiro estamos casi al mismo nivel. Leer hoy “El Sello de la Muerte” es leer una novelita de adolescente díscolo. Leer los escritos de “La Conquista” o los de “JONS”… dejan el sabor propio de lo inactual; algo rancio, eso sí. No sabemos como habría evolucionado José Antonio con los años, pero tampoco se puede ser excesivamente optimista. No vamos a ser nosotros los que reabramos la polémica histórica, que ni nos interesa, ni somos especialistas, pero Ramiro para sacar sus últimos “productos” se apoyó en sus amigos vascos, y no precisamente en los trabajadores de los altos hornos, sino al círculo del Conde de Motrico, José María de Areilza, es decir, en las buenas gentes de Neguri. Es lo malo que tiene mitificar, que luego pasa lo que pasa y sucede lo que sucede. Sabemos que el Ramiro joven pronunció aquella frase impresentable de “Viva la Alemania de Hitler, viva la Italia de Mussolini, viva la Rusia de Stalin”. Sabemos también –porque lo cuenta Areilza- quien le pasó fondos y no fueron precisamente socialistas de lo más granado sino todo lo contrario. Y además todo aquello fue hace tanto tiempo que ver reeditadas frases como la que acabo de citar producen escalofríos sobre la empanadilla mental de la época y se entiende perfectamente por qué casi nadie siguió estas exaltaciones propias de adolescentes.
Un día valdrá la pena hacer la crítica al “Discurso sobre las Juventudes de España” o a las dos famosas “Disgresiones acerca del destino de las juventudes” y entonces será el llanto y el crujir de dientes. El examen del siglo XIX español que hace Ramiro es, poco más que una mera especulación personal, cuestionable desde muchos puntos de vista. Y su interpretación del fascismo y del comunismo, contiene tales errores de bulto que vale la pena preguntarse si no hubiera sido mejor que jamás hubiera abandonado las columnas de las revistas intelectuales con las que colaboró. La política no era el terreno en el que mejor se movía Ramiro y la prueba es que cuando fue asesinado detrás apenas tenía un puñado de partidarios y una revista de pocas ventas. Y dicho sea de paso, si Ramiro es recordado hoy por algunos es gracias a que, por algún motivo inexplicable, el nombre de JONS fue rescatado del olvido por Franco que lo unificó nuevamente con FE y con T… dando lugar al nombre de un partido que era, en sí mismo, atrabiliario: Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista… díganme si no es para sonreír. Puestos a recordar, el pensamiento de Albiñana tampoco era manco y seguro que habrá alguna frase en sus obras susceptible de encerrar el código da Vinci del socialismo verdadero.
Anda que no hemos desmitificado a José Antonio para ahora tener que asumir la desmitificación de Ramiro… La triste realidad –triste porque indica que la ley de hierro de lo humano es la impermanencia y el paso del tiempo que todo lo arregla, matándolo- es que el pensamiento de Ramiro Ledesma, como el de José Antonio, es una antigualla polvorienta, con olor a rancio y, eso sí, las mejores intenciones del mundo, apto solo para coleccionistas de recuerdos o historiadores amantes de los terrenos ideológicos de los años, sin tener que realizar muchos esfuerzos.
ASUMIR EL HECHO DE QUE EL SOCIALISMO ES EL SOCIALISMO…
N-r nos pone luego ante el hecho consumado de que antes de buscar nombres raros, mejor llamar a las cosas por su nombre. Efectivamente: un pene es pene y no una polla y una patata es patata mucho más que tubérculo, así que el socialismo es el socialismo. Dice: “Poniéndonos históricos, de nuestra pequeña historia, -al margen de la cita de Ramiro Ledesma sobre el socialismo- hemos usado tropecientas expresiones para hacer pasar nuestro socialismo: solidarismo, justicialismo, distributismo, planificación económica, comunitarismo, etc, etc. Y cada vez que usábamos una nueva expresión debíamos dar una colección de frases que definían al socialismo sin citarlo. Lo suyo es llamar a las cosas por su nombre. Llamar socialismo al socialismo”.
Vamos a ver porque aquí hay líos conceptuales. Después de buscar durante años una definición de la propia doctrina y de haber realizado un viaje en torno a las ideas políticas, n-r llega a la conclusión de que hay que llamar a las cosas por su nombre. Loable decisión. Lo que pasa, es que esa peregrinación por doctrinas políticas, solamente la habéis realizado algunos… la inmensa mayoría no hemos pasado por tales vicisitudes angustiosas y en nuestra puta vida se nos ha ocurrido la osadía de llamarnos “solidaristas”, “justicialistas”, “distributivistas”, “planificacionistas” o “comunitaristas”. Se podría añadir “nacional-bolchevisques”, “nacional-anarquistas”, “revolucionarios conservadores”, “strasserianos”, “euroasiáticos” y un largo etcétera. Si n-r plantea así las cosas, sería bueno preguntarle porque “solidaristas” no (que en el fondo tampoco suena mal y no hay posibilidades de confusión ni de rivalizar sobre con alguien que afirme que su “solidarismo” es el de verdad) y “socialistas” si (que acarrea todo tipo de confusiones). Pero bueno, a lo que vamos.
¿Por qué hay que resumir todo el ideario en una sola palabra, suponiendo que tal reduccionismo sea viable? Te lo explico: porque todavía no se ha superado la mentalidad previa a la muerte de las ideologías. ¿Qué es una ideología? Un esquema antihistórico de interpretación de la realidad que pronto queda desprovisto de actualidad y que termina forzando a hacer encajar la realidad con el esquema ideológico a martillazos. La actualidad siempre camina más rápida de lo que la ideología puede llegar a interpretarla. Por eso las ideologías han muerto y con ellas los partidos que las defendían. ¿Y usted que ideología tiene? Hombre, yo soy fascista. ¿Y usted? Socialista. ¿Y usted? Marxista, esto es falso socialista… Ya. Todo eso ha muerto, sólo que alguien no se ha enterado y pretende que es la regla universal: un partido – una ideología.
Si se desconoce el hecho de que las ideologías murieron ya a finales de los años 70 (fenómeno que algunos percibieron 10 años antes) y que desde entonces lo que hay son fórmulas políticas de gestión de un lado y concepciones del mundo de otro, pretender ahora resucitar o reconstruir o recrear ideologías, supone otra complicación añadida. Que por lo demás, choca con la incomprensión general, la falta de interés y la afición de la gente a poner la tele y no calentarse mucho la cabeza. ¿Y tú que ideología tienes? ¿yo? Soy del Atletic…
No es preciso definirse con una palabra la propia ideología porque ese tiempo en que era necesario sino imprescindible, ya ha muerto. De hecho, hoy un falso socialista no dice: “mea culpa, soy un falso socialista”, sino que dice “hombre, yo soy de centro-izquierda o yo soy socialdemócrata o simplemente yo estoy afiliado al partido socialista y además del Barça”…
Si se es coherente y se admite la muerte de las ideologías, sobra el buscar una definición ideológica concentrada en una palabra para expresar el propio bagaje doctrinal. Los que no creemos en las ideologías, no tenemos ese problema. Lo que n-r no puede aspirar es a traspasarnos su angustia vital y su no menos angustiosa solución.
EL GRAN INVENTO: EL SOCIAL-PATRIOTISMO
N-r con orgullo de quien no duda de la razón de su sinrazón, nos cuenta: “Desde que algunos NR impusimos la expresión social-patriota queda claro de que estamos hablando y que incluye esa expresión”.
A ver si nos entendemos: ¿“social” es lo mismo que “socialismo” y “social-patriotismo” es “socialismo patriótico”, sea lo que fuere que quiera decir?. Pues va a ser que no. Antes ya hemos dicho que si todo el socialismo es el reparto de la riqueza, todos somos socialistas, incluso los Rockefeller. Ahora resulta que toda política social es socialista. Esto, evidentemente, es confuso y, más que confuso, es una confusión. En realidad habría que haber llamado a esta corriente “socialismo patriótico”, más que social patriotismo. Aunque suena peor, claro está (pero ya puestos…). En el fondo, hay algo de indefinición en eso del “social-patriotismo”… incluso Blas Piñar, podría entrar en la definición de “social-patriótico”, pues no creo que el notario fuera tan malvado de no defender una justa distribución de la riqueza tal como predicaba –este si- Leon XIII y siguientes… y, por lo demás, el patriotismo se le supone.
“Social-patriotico”, además, es una palabra más liada que la pata de un romano. Y que no hay por donde cogerla, ni por lo de social, ni por lo de patriótico. Vamos a ver, vamos a ver por que si no nos perdemos: ¿qué patria es esa? ¿Será España? Y entonces, si es España, ¿dónde dejamos a Europa? ¿es nuestra patria o no lo es? Personalmente, me siento europeo, así que no tengo problema en admitir una definición europea, y además, dentro del actual momento histórico si hay algo que interesa no es priorizar las “patrias” sino pasar a una dimensión europea. Lo social-patriótico, sin embargo, remite únicamente a esta España nuestra. Y el concepto posiblemente hubiera tenido lógica en los años 60 y 70, pero no en los 80, 90 y siguientes. Mucho menos tras la caída del Muro de Berlín en el que se hundió eso que, por cierto llamaban el “socialismo real” y que, a tenor de lo escrito por n-r es el “socialismo real falso”… uff!
El término social-patriótico es en sí mismo extraño. ¿Y usted que es? Mire, se lo voy a explicar, soy social-patriota… Pues anda y tómate algo. Aquí alguien se cree que con soltar un término que mil veces ha repetido para sus adentros y para los adentros de su organización, ese término va a ser entendido por alguien fuera de su círculo íntimo. El término me recuerda los discursos del general Primo de Rivera que prometía políticas sociales del copón en el contexto de discursos inflamados de ardor patrio.
Me suena rancio e incluso su pronunciación tiene aspectos contradictorios: la primera parte es de una sinuosidad serpentina (repitan conmigo: s-o-c-i-a-l, otra vez, más rápido: “sssocial”), casi meliflua, absolutamente lingual, mientras que la segunda parte tiene una rotundidad labial de ráfaga de CETME (fíjense: “patriótico”, es la combinación tr y luego otra t que suena como dos impactos de bala, iniciada con la p a modo de golpe de percutor). Cualquier publicista novato desaconsejaría la utilización de un término que incluso en su misma pronunciación encierra un conflicto. Y, no bromeamos. Ironizar, un poco, bromear no. No es importante claro, pero hay nombres desaconsejados por las técnicas de marketing y publicidad. Por ejemplo, si Hitler se hubiera llamado de apellido Aguirrezabaletasolchaba, a nadie se le hubiera ocurrido gritar “Heil Aguirrezabaletasolchaga”. No hubiera sido ni estético, ni viable, ni hubiera tenido nada que ver con el marketing político.
Habría otras palabras para definir un área… pero serían más comprensibles, más accesibles, más próximas al vocabulario de la calle e incluso comprensibles por los medios. Y no se trata de eso: se trata de complicarlo todo hasta extremos que conducen directamente al sectarismo. Ya lo decía aquella vieja canción de marcha de la OJE: “Me gusta lo difícil, cuando empiezo a caminar”, cantada cinco segundos antes de estrellarse por un acantilado.
La tendencia de toda secta es a crearse un vocabulario propio, inaccesible para los demás. Para un colgao de cientología decir “trauma” sería demasiado fácil, se entendería, por eso dicen “engrama”, que ya es más opaco. Para esa misma alma cándida, decir “neurótico” no imprimiría carácter, así que en su jerga particular debe decir “preclaro”… y así sucesivamente. Si no nos entiende nadie, vamos por buen camino. No sea que alguien logre entendernos y entonces la hemos cagao definitivamente. Nada de decir, “hombre, yo me siento europeo nacido en España y eso de la justicia social mola”, no, ¿dónde vas? Hay que decir “somos socialistas, esto es social-patriotas”… Joder macho, cada vez me gustas más, por lo bien que te expresas. Sigo ironizando, por si no estaba claro.
LA AUTONOMIA HISTORICA DEVALUADA
La crítica a la autonomía histórica que realiza n-r es floja. Y da la sensación de que, además de las malas relaciones personales entre el redactor del escrito y Laureano Luna, además, tampoco ha entendido exactamente, en qué consiste la teoría que éste último alumbró hace 10 años. Tranquilo; te lo explico.
Disipemos, antes, un equívoco, el que nos cuenta n-r: “De una parte es intentar “envenenar” alguno de los pasos dado este último fin de semana en que el teórico de la autonomía histórica, y los que no se definen al respecto han estado juntos”. Eso ya es hilar demasiado fino. Y no creemos que valga la pena comentarlo, porque cae por su propio peso. Otra ración de conspiracionismo después de la entrevista a Canduela en Minuto Digital, no, por favor. Vayamos a lo sustancioso: “La teorización sobre la autonomía histórica tenia una razón de ser muy fuerte en el momento de ser lanzada, se intentaba crear una nueva fuerza partiendo de una serie de componentes anteriores. Una de esas componentes tenía una procedencia muy determinada y era necesario que su pasado no lastrase su futura actividad. En ese marco se teoriza la autonomía histórica, y en ese marco fue útil y necesaria”. Error, y además, error de bulto, pero de bulto grande, enorme, foruncular y purulento.
La teoría de la autonomía histórica no fue lanzada para limpiar conciencias ni historiales, sino como necesidad de afirmar que no puede estarse eternamente expurgando textos históricos, de Ramiro o de José Antonio, de Drieu o de Brasillach, de Feder o de Rosemberg, en busca de respuestas, en un mundo que ha cambiado demasiado y a demasiada velocidad. La doctrina de la autonomía histórica presupone que el movimiento político tiene entera libertad para construir su futuro y que no va a perder el tiempo buscando fórmulas ni modelos del pasado.
Además, lógicamente, hay algo a tener en cuenta: la economía de esfuerzos. En 1976, a poco de morir Franco, entendí implícitamente la necesidad de algo que no definía como autonomía histórica, cuando en una mesa de CEDADE situada frente a la Sagrada Familia oí las discusiones de los militantes que cuidaban la mesa con el público que pasaba: la guerra mundial, el holocausto, la dictadura hitleriana, etc. ¿Qué sentido tenía discutir en 1976 sobre todos estos temas? Siempre es posible hacerlo, claro, pero no dentro de un partido político, formación, por definición que requiere pragmatismo. Pues eso… que la autonomía histórica aspiraba a evitar esas discusiones inútiles y, además a realizar un ejercicio de creatividad. No solo eso.
No fue en absoluto un intento de enmascaramiento autobiográfico, sino una reflexión en profundidad, que algunos, como n-r, todavía no han pillado ni su importancia, ni en qué consistía, ni sus implicaciones, que tienen que ver también con la “imagen”. Vamos a ver, querido n-r, ¿tu crees que es de recibo intentar definirse como “socialista” y luego poner en una mesa libros de Degrelle, Mosley o Gunter Prien, o de la tal Pituca, por citar unos pocos, y pensar que este “socialismo” va a tener un ápice de credibilidad? No lo es, lo mires por donde lo mires. De ahí que en el momento en el que Canduela tuvo su breve idilio con Canta, algunos dijéramos: “muchacho, hasta aquí hemos llegado”. Hay una cosa que se llama coherencia y otra que frecuentemente camina con ella, es la credibilidad. Yo lo lamento, pero cuando se ponen tan cerca todo este tipo de cosas, la impresión general es de lo más confusa. Por eso, la autonomía histórica es algo que es preciso aceptar o rechazar, pero si se acepta, no se puede ir con medias tintas. Hay que apurarlo hasta las heces… y buscar nueva clientela si de lo que se trata es de colocar libros. ¡Que gran tipo es Cháves y a Evo Morales le voy a dar un voto de confianza, él mismo que a Ollanta Humala, o al Frente Democrático Popular para la Liberación de Palestina o a los Montoneros! Para luego poner al lado un libro de Pituca y que el observador imparcial termine diciendo “coño, que mal mienten estos jodidos fachas últimamente”.
Hablábamos de coherencia, por eso nos resulta altamente incoherente, el párrafo siguiente. Dice n-r: “Hoy estamos en el 2006, 70 años más tarde del 36 español, 61 más tarde que el 45, hoy la definición exacta sobre hechos acaecidos hace tanto tiempo no tiene ninguna actualidad política”. Y no deja de tener gracias que alguien que hace solamente veinte líneas atrás ha defendido la obra de Ramiro por una frasecita perdida, ahora diga que lo ocurrido hace 70 años no tiene importancia. Claro que no la tiene y como no la tiene, todo lo que sea tomar referencias de entonces es inútil. Ahora, no es a mi a quien se tiene que convencer de esto, sino a gente de su propia organización que cree que el movimiento histórico más anecdótico de los años 30 puede aportar algo hoy, aquí y ahora…
Hay algo que se llama, insisto, coherencia. No se puede uno definirse impunemente “socialista” y afirmar luego que la autonomía histórica es inútil porque hace mucho tiempo de todo eso… y luego ir a vender libros de Ramiro a actos con unos contenidos fachosos y despampanantemente casposos, a la puerta del Valle de los Caídos, el 20-N e imagino que el 12-O en BCN (y que me disculpen si no es así). Anda ¿y por qué no te vas a convencer a los asistentes del congreso socialista de que están en el error? ¿Qué pasa que los fachas son más tontos y se lo creen todo?
El problema, además, es que hay un cierto número de gente que sigue creyendo que todo aquello SI tiene importancia y por ello no sale de la División Azul, de las JONS, de Ramiro Ledesma, de la enésima interpretación de José Antonio, de la biografía sobre el último jefe local falangista, etc, etc, etc. Joder, pues al parecer si que importa. O al menos a algunos les sigue importando, ¿sabes cuál es el problema? Que quien tiene la mirada hacia atrás, termina con tortícolis y sin percibir el presente. Una cosa es hacer política, otra hacer historia. Tu ve aludiendo a Ramiro, a los nacional-bolcheviques, a la revolución conservadora, a los Wandervogel, y a la RSI, a las ideologías, a Degrelle y a la poesía que promete y te vendrá gente que le interesa eso, solamente eso y nada más que eso… ¿y la gente que le interesa política actual? Esos, no te preocupes, ya encontrarán algún lugar donde acomodarse.
Así que concluye n-r su aportación al debate: “¿Cuál es pues el interés, la necesidad de que los NR nos definamos sobre la autonomía histórica?, pues mas bien poco o casi nada. Cada uno particularmente le será más o menos simpático cada hecho de la historia de España o del mundo europeo, pero ello no ha de formar parte de la definición política de una corriente política, ni mucho menos de sus entidades políticas”. Yo, lo lamento, pero interpreto las cosas de otra manera: si los NR se definen sobre la autonomía histórica para condenarla, esto les resta algunas simpatías posibles. Pero si no la condenan y la asumen, entonces el problema es que sufren la privación de otras simpatías –los inefables NS- y, claro está, es mucho mejor no definirse y mantener las amistades, decir a cada cual lo que quiera oír, a unos que lo NR es sinónimo de “nacional-socialista” (que también) y a otros que no (que tampoco, puesto que el nacional-socialismo es nacional-socialismo…). Esta práctica no es muy recomendable ni suele dar mucho resultado, francamente.
Lo bueno es que yo tampoco creo que nadie hoy se tenga que definir en función de la autonomía histórica… me parece que simplemente el discutir sobre algo tan obvio ya es elocuente. Lo obvio es obvio y no vale la pena discutir sobre ello. Hay cosas que se dan por sentadas. ¿Cómo, que usted reivindica la figura de Ramiro o de José Antonio o de Mussolini? Vale, póngase ahí, no sea que nos confundan, joven. ¿Cómo que usted no ve que la política real no pasa por las grandes definiciones ni por las citas de los grandes personajes históricos? No pasa nada, ¿no lo ve? Yo sí, siga usted con lo suyo y que le luzca bonito. ¡Ah! ¿No ha entendido que hay discusiones paralizantes? No se preocupe, yo si, no me haga perder el tiempo.
RECAPITULACION Y PUNTO FINAL
Hasta ahora, la primera parte de la polémica –que espero sea la última, francamente- no creo que haya aportado grandes cosas a los lectores de El Caracol. Resumo:
- Un concepto equívoco: “socialismo”
- Una confusión terminológica: “lo social” por “el socialismo”
- Un término solo para “iniciados”: “social-patriótico”
- Una falta de definición: todavía no sé si lo NR cabe en lo NS o viceversa (que en el fondo era el tema que El Caracol planteaba hace una semana).
- Un concepto obvio convertido en inactual: la “autonomía histórica”
Puestas así las cosas ¿Verdad que no vale la pena seguir debatiendo?
Releyendo estas líneas, no puedo dejar de evocar las eternas discusiones entre fracciones trotskystas en los años 70, interminables, bobaliconas y aburridas, aptas solo para iniciados de grado 33. Ahora entiendo porque nunca quise ser trostkysta de mayor. A mi que toda esta discusión me parece más propia de una secta que de un partido político…
TEXTO ORIGINAL DE N-R:
Sobre el socialismo y la autonomía histórica
Sobre el socialismo y la autonomía histórica
En una reciente entrada de una bitácora (o post de un blog para los que gusten de anglicismos) llamada El caracol se nos citaba. Aprovechando pues que en el artículo que se dedica a los NR en ese post se nos considera parte de los mismos vamos a abordar hoy solo un par de temas de ese texto.
Se trata de los temas del socialismo y de la autonomía histórica. Según el caracol son dos temas esenciales hoy. El del socialismo para no ser citado y el de la autonomía para que nos definamos. Nosotros por nuestra parte opinamos que el socialismo es irrenunciable y que la definición sobre la autonomía histórica no aporta ningún suplemento especial a la actividad política ni significa un valor añadido a un grupo político o su actividad.
Poniéndonos simplones por ejemplo. Un racista no dirá que defiende a la raza clara o a la de color, dirá que defiende la raza blanca o negra. Poder Blanco o Panteras Negras. Entonces a la forma simple diremos socialismo al socialismo.
Poniéndonos mas lógicos, mas sesudos. Si lo que predicamos es el socialismo, el reparto de la riqueza general de forma que sus beneficios alcancen al máximo de la población bajo la formula administrativa o política que corresponda en cada momento, debemos decir que queremos el socialismo, la justicia social.
Poniéndonos históricos, de nuestra pequeña historia, -al margen de la cita de Ramiro Ledesma sobre el socialismo- hemos usado tropecientas expresiones para hacer pasar nuestro socialismo: solidarismo, justicialismo, distributismo, planificación económica, comunitarismo, etc, etc. Y cada vez que usábamos una nueva expresión debíamos dar una colección de frases que definían al socialismo sin citarlo. Lo suyo es llamar a las cosas por su nombre. Llamar socialismo al socialismo.
Otra cosa es que el área patriótica haya muchos nacional-liberales. Ese es su problema. Desde que algunos NR impusimos la expresión social-patriota queda claro de que estamos hablando y que incluye esa expresión.
Diferente es la cuestión de la autonomía histórica. De una parte es intentar “envenenar” alguno de los pasos dado este último fin de semana en que el teórico de la autonomía histórica, y los que no se definen al respecto han estado juntos.
La teorización sobre la autonomía histórica tenia una razón de ser muy fuerte en el momento de ser lanzada, se intentaba crear una nueva fuerza partiendo de una serie de componentes anteriores. Una de esas componentes tenía una procedencia muy determinada y era necesario que su pasado no lastrase su futura actividad. En ese marco se teoriza la autonomía histórica, y en ese marco fue útil y necesaria.
Hoy estamos en el 2006, 70 años más tarde del 36 español, 61 más tarde que el 45, hoy la definición exacta sobre hechos acaecidos hace tanto tiempo no tiene ninguna actualidad política. Los desenterradores de las dos españas si tienen interés en hacerlo, en gran parte para alejarnos del debate sobre los problemas reales de los españoles actuales: vivienda, paro, inmigración, etc.
¿Cuál es pues el interés, la necesidad de que los NR nos definamos sobre la autonomía histórica?, pues mas bien poco o casi nada. Cada uno particularmente le será más o menos simpático cada hecho de la historia de España o del mundo europeo, pero ello no ha de formar parte de la definición política de una corriente política, ni mucho menos de sus entidades políticas.
8 comentarios
Ocioso -
Gracias de nuevo.
A socialismo 21 -
Te resumo unas cuantas noticias aparecidas solamente hoy en los boletines de agencia:
"Atacada con cóctel molotov la sede SOCIALISTA de Zumárraga" (AFP 12:12)
"Alicante.-Los SOCIALISTAS denuncian un "incumplimiento" del Ayuntamiento y de la empresa que gestiona la ORA y las grúas" (Europa Press, 02:10
"La Audiencia Nacional juzga el martes a los presuntos autores del atentado contra el SOCIALISTA Eduardo Madina"(Terra España, 12:38)
"El Grupo SOCIALISTA en el Senado pide la devolución a los agricultores del impuesto del gasóleo" (AgroInfo 12:07)
"François Maitia, dirigente SOCIALISTA vascofrancés, fue el `correo´ utilizado por Gobierno y ETA para iniciar los contactos" (El confidencial 16:22)
"El PP acusa al equipo SOCIALISTA de encubrir una subida del 5% en las ordenanzas fiscales" (El Norte de Castilla, 06:20)
¿Seguimos? Bueno, ahora vamos a ver las noticias que aparecen sobre la "socialdemocracia" referida al PSOE...
... es curioso PERO NO APARECE NINGUNA. Claro: será que los medios mienten... Búscalo tú mismo y convéncete.
Así que ¿quién está en una torre de marfil? Me temo que eres tú que confundes un partido socialista moderado, con un partido de tradición socialdemócrata.
No se trata solamente de que el PSOE es socialista moderado, sino que ES ASI COMO LO CONSIDERAN TODOS LOS MEDIOS HABITUALES. Repito los "habituales", claro está que si lees Indimedia, Rebelión o cualquier otro portal de ese tipo, el PSOE son fascistas como mínimo. Lo que cuenta es la opinión de las mayorías. Esa opinión no se puede separar del vocabulario y la jerga que corre en la calle: al PSOE se le llama "socialista", como acabo de demostrarte empíricamente.
Por lo tanto, me reafirmo en lo dicho: AUTODEFINIRSE COMO SOCIALISTA EN EL AMBIENTE NR ES METERSE EN UN BERENJENAL DE MUCHO CUIDADO.
Socialismo 21 -
Sinceramente, la torre de marfil en la que debes estar recluído te impide comprender la realidad.
A Socialismo 21 -
Pero la cuestión es que un día de estos me gustaría oír a un tertuliano o leer una noticia en prensa que se refiera a la "socialdemocracia" española. Sólo una.
Y luego dices que "la poblacion lo sabe" ¿que sabe qué? si la población es incapaz de distinguir el programa del PP del PSOE y a duras penas distingue el careto de Rajoy del de Zp, no me digas que va a distinguir entre socialismo, socialdemocracia, socialismo fabiano, socialista tercermundista, socialismo auténtico, socialismo marxista, ecosocialismo y demás.
La palabra socialdemócrata aparece referida al PSOE, tanto en prensa como la palabra "kalifragilisticoespialidoso".
Para el resto de tu mensaje lee otro artículo publicado hoy en El Caracol, va sobre eso. Porque confundir a los zapatistas con nr tiene pero cojones.
Lo dicho: confundes deseos con realidades.
Socialismo 21 -
¿Cómo que una cosa es Hispanoamérica y otra distinta Europa? En el mundo globalizado en el que nos movemos, las mismas transnacionales que operan en Europa son las que esquilman Iberoamérica. Y la población lo sabe, y ante la situación de crisis extrema que se vive en los países de la América hispana, las corrientes n-r(bolivarianos, zapatistas,sandinistas, guevaristas...)se han visto respaldadas con el voto mayoritario de la población.
No busquemos atajos electoralistas, las estrategías políticas basadas exclusivamente en una política anti-inmigracionista de los partidos nacional-demócratas, sólo ha cosechado un fracaso tras otro.
A Socialismo 21 -
El socialismo de Chávez... pfff, es nacionalista-revolucionario. Vale, ahora lo entiendo todo, entonces los sandinistas, los zapatistas, los castritstas, los guevaristas, todos también son nacionalistas-revolucionarios. Vale, OK.
Pues cuéntaselo a ellos y convéncelos primero.
Mira: el fondo de la cuestión, no es si el PSOE es o no socialista (la S está ahí para algo, o sea que de economía de esfuerzos nada). El fondo de la cuestión es que hay algunos que CONFUNDIS completamente vuestras sugestiones con la realidad. El hecho de que un movimiento se llame de "liberación nacional", ni quiere decir que lo sea, ni mucho menos que sean tus camaradas.
Por otra parte, esto es Europa, no el caos sudaca. Y en Europa nada -repito NADA- de lo que se cueces en sudaquilancia se puede aplicar. Las fórmulas del termer mundo son para el tercer mundo. Esto, colego, esto es Europa.
Socialismo 21 -
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