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TERCERISMO O IDENTIDAD?. OTRO FRENTE DE DEBATE PARA LOS NR…

TERCERISMO O IDENTIDAD?. OTRO FRENTE DE DEBATE PARA LOS NR…

Al debate no cerrado sobre “autonomía histórica si o no”, “socialismo si – socialismo no”, al siguiente sobre las diferencias entre “lo NR y lo NS” que, al parecer ha interesado poco a quienes más preocupados deberían ¿estar por aclarar estas posiciones, se une ahora este otro: ¿“línea tercerista o línea identitaria”. Definitivamente, si se trata de elaborar una “hoja de ruta”, se trata de definirse. No hay ruta posible sin definición del camino a seguir. Y no hay camino a seguir si se elude este otro fondo de la cuestión.

DOS BREVES DEFINICIONES PARA SABER DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO

El “tercerismo”, en su forma actual, es la tendencia que identifica la propia actividad política en Europa con modelos extraídos del Tercer Mundo. Fundamentalmente, se trata de experiencias anticapitalistas, aparecidas en Iberoamérica y en los países islámicos. Se carácteriza por un fuerte sentimiento antisionista y antiyanki.

La “línea identitaria”, por el contrario, sitúa por encima de estas posiciones la defensa de los rasgos propios de los pueblos europeos. Cualquier línea política se desprende y deriva de esos rasgos. Por encima de juzgar a tal o cual movimiento por una eventual componente anticapitalista o antiyanki, los identitarios sitúan sus prioridades en el arraigo en los valores tradicionales de nuestros pueblos y en las necesidades para mantenerlos.

Mientras que el “tercerismo” ha surgido por evolución de muy diferentes (entre las que encontramos el socialismo panarabista, las doctrinas de Jean Thiriart, distintas aportaciones surgidas en Iberoamérica, incluidos aspectos del castrismo y las FARC y, finalmente, actitudes antisionistas y propalestinas), las posiciones identitarias tienen un origen más reciente y, en su actual configuración han sido extraídas de las ideas conocidas genéricamente como “arqueofuturistas”, incluyendo algunas definiciones de la Nouvelle Droite francesa y parte de las reflexiones de Julios Evola.

A partir de ahora ya sabemos cuáles son las dos posiciones en contraste.

EL TERCERISMO EN SU VERSION FALANGISTA

El antecedente remoto del tercerismo actual apareció a principios de los años 60, entre los universitarios falangistas de Madrid. El castrismo acababa de llegar al poder con una etiqueta, inicialmente, “nacionalista” y de “liberación nacional”. Era, por supuesto falsa y solamente podía ser creída por aquellos suficientemente ciegos en querer creerla. Y una vez creída, de nada iba a servir que el propio Castro se declarara luego comunista… para ellos seguiría siendo “nacional-comunista”. Aquel grupo de universitarios falangistas, tenía una sólida formación doctrinal. Aspiraban a ser “mitad monjes – mitad soldados” según el mandato joseantoniano y realizaban ayunos, maceraciones y marchas de endurecimiento en la Sierra madrileña. En el curso de esas marchas surgió la idea de emular al castrismo, y lanzar una guerrilla rural susceptible de impulsar un proceso similar al cubano, así que empezaron a entrenarse…

Todo aquello pasó sin pena ni gloria y pertenece a la pequeña anécdota de la disidencia falangista durante el franquismo. Esperamos que alguno de sus protagonistas acepte dar testimonio directo de todo aquel tiempo de efervescencia adolescente que terminó cuando acabaron la carrera, fueron llamados a la mili o conocieron a la habitual novieta. Ellos no lo sabían pero habían incrustado en el movimiento falangista las ideas de “liberación nacional”, “guerra de guerrillas” e “izquierda nacional”. No serían los últimos.

Uno de los problemas de estas iniciativas es que carecen de posibilidades de establecer una “memoria generacional”, es decir, el que una generación que ha atravesado por unas experiencias, se las traspase a la generación siguiente, alertándoles sobre los riesgos e ilustrándolos sobre las enseñanzas. Esto hizo que a mediados de los años 70, los medios “hedillistas”, recayeran en las posiciones que ya se habían demostrado inviables quince años antes.

Efectivamente, hacia 1976, cuando se acababa de lanzar el partido Falange Española de las JONS (Auténtica), un sector, nuevamente madrileño, estuvo tentado de realizar experiencias similares a las practicadas en aquel mismo momento por los montoneros argentinos.

A estos “falangistas de izquierda”, la democracia les parecía un sistema “burgués-capitalista” y, por tanto, condenable. Así pues, había que derribar a la democracia y, en aquel momento, cuando aún estaban calientes -para ellos- las experiencias guerrilleras del Ché en Bolivia, reproducidas en la aventura de Teoponte, cuando el MIR chileno intentaba realizar una guerra de guerrillas contra el pinochetismo y los tupamaros uruguayos aún realizaban esporádicos atentados, como las FARC y el ELN colombianos mantenían vivo el recuerdo de Camilo Torres, la inspiración de estos falangistas llegada de las distintas fracciones peronistas. También aquí se trató de meras especulaciones, seguidas muy de cerca por los agentes del SEDEC y, todo quedó en meras habladurías, si bien es cierto que en toda la literatura de la FE-JONS(A) de la época, estuvo repleta de elogios hacia cualquier movimiento guerrillero de “liberación nacional”.

A principios de los años 80, sectores muy amplios del falangismo –el grupo “auténtico” de Pedro Conde ya se había desleído como un azucarillo- ya habían asumido algo tan peregrino como que “los sandinistas son camaradas”… olvidando que si los sandinistas eran algo, como muy bien sabía Tomas Borge (el hombre de Moscú entre ellos), era comunistas. Por algún motivo inexplicable, la comprensión del sandinismo se escapaba a estos amplios sectores que creían –como los falangistas de los años 60- que bastaba que un movimiento fuera “anti-yanki” y se declarara “de liberación nacional”, para que fuera considerado como “camarada”. Santa candidez… que volvería a repetirse diez años después.

En los años noventa la confusión volvió a repetirse en el seno del grupo disidente de FE-JONS, que actuaba en aquella época con el nombre de “FE-La Falange”, dirigido por un ex miembro de la FE-JONS(A) de los años 70, Gustavo Morales. En ese momento, esa tendencia a confundir los movimientos de liberación nacional sudamericanos con nuestro ambiente político, volvió a repetirse en forma de imágenes del Ché Guevara… ostentando el yugo y las flechas en la boina.

La fragilidad de esta idea no se le escapa a nadie. A diferencia de Castro que a finales de los años 50 y principios de los 60, se autodefinía como “católico”, con el Ché no hay confusión posible: desde el principio se definía como comunista, quizás un poco excéntrico, pero comunista al fin y al cabo. El rechazo del modelo soviético le llevó a la China maoísta y luego al Congo, donde conoció a Lauren Kabila de donde salió literalmente horrorizado. De regreso, simplemente, Castro le engañó deliberadamente haciéndolo creer que en Bolivia había una situación prerrevolucionaria. Y el Ché, le creyó y fue a morir al altiplano. Al ser detenido cometió su última equivocación: “Soy el Ché, valgo más muerto que vivo”… no era verdad: vivo era un patético guerrillero asmático vagando de un lado a otro de la selva andina, muerto era un mito romántico. Como todos los mitos, solamente era apreciable grosso modo; entrar al detalle en la biografía del Che suponía dejar de verlo como un mito para percibirlo como un doctrinario comunista poco dotado, un mal estratega de la guerrilla y un nulo táctico en combate. Además, por supuesto, de un julai…., pero esta es otra historia.

Cuando Gustavo Morales es sustituido al frente de FE-La Falange, se extingue el último rastro de devoción falangista hacia el guerrillerismo sudamericano. Otros estaban dispuestos a sustituirlo.

TERCERISMO Y LIBERACION NACIONAL EN EL AMBIENTE NR

Fuera de los medios falangistas, las ideas de liberación nacional han tenido cierto influjo sobre los movimientos NR. Para que exista “liberación nacional” es preciso que exista “opresión nacional” por parte de una potencia extranjera, o bien una situación colonial. Es rigurosamente cierto que hasta finales de los años 80, Europa vivía una situación casi colonial, forzada por la Guerra Fría. Tanto el Este como el Oeste estaban bajo el paraguas protector de los EEUU y la URSS. No era colonialismo, en sentido estricto, sino lo que podríamos llamar “colonialismo de baja cota” que, por lo demás, al menos en Europa Occidental, ni siquiera era advertido por la población. Era difícil que movimientos que basaban su actividad en promover consignas de “liberación nacional” pudieran superar su etapa grupuscular. Sin embargo, esa idea de “liberación nacional” estuvo presente en el movimiento que intentó organizar Parker Jokey en los años 50, luego el que intentó articular Franco Freda a finales de los 60 con el nombre de Frente Europeo de Liberación y luego en los noventa, este nombre volvió fugazmente a reaparecer, cuando ya no existía Guerra Fría y el Tratado de Maastrich ya había sentado las bases de la “Europa política”. Ni había opresión colonianista, ni siquiera de “baja cota”. Incluso hoy, en ambiente NR italianos está idea sigue presente en la “doctrina de las tres liberaciones”.

Y el drama radicaba precisamente en que, el tercerismo, que tuvo cierta lógica hasta mediados de los años 80, empezó a diluirse en 1986 (puesta en marcha de la Glasnost y la perestroika) y concluyó el 11 de noviembre de 1989 (caída del Muro de Berlín). Hasta entonces se podía hablar de “ni URSS, ni EEUU”, “ni capitalismo, ni comunismo”. Existía la posibilidad de abrir una “tercera vía”, una “tercera posición”. A partir del 9.11.89, todo eso concluye. Ya no hay “tercera vía” posible (ni, por tanto, “tercerismo” que valga) por la sencilla razón de que la “segunda vía” ha desparecido…

BASISMO Y ADMIRACION POR EL SOCIALISMO PANARABISTA

En esa increíble tendencia a buscar modelos tercermundistas, a partir de finales de los años 60, algunos se fijan en las experiencias panarabistas primero e islamistas después.

La tendencia se inicia en la publicación vinculada a Jean Thiriart, “La Natión Europeene”, cuyo corresponsal en Argel, jugará un papel fundamental en la vinculación de este ambiente con el mundo árabe, incluso hasta el período actual manteniendo contactos con Saddam Hussein hasta el final y luego en iniciativas de difusión de noticias del Alto Mando de la Resistencia Irakí. A esto se une el hecho de que, Thiriart, además de su faceta política, es presidente de la Asociación Internacional de Optometristas y en calidad de tal viaja por todo el mundo, incluidos los países del Este Europeo, países árabes y China. En el curso de todos estos viajes, traba una red de contactos en función de los cuales va rectificando las ideas que inicialmente inspiraron a “Jeune Europe”.

Esta vía lleva a la admiración por el socialismo panarabista representado en aquella época por Gamal Abdel Nasser, más tarde por Muhamad El Ghadaffi, y finalmente, por Saddam Hussein y el partido Baas extendido también a Siria y Líbano. Las ideas del Baas tendían a demostrar que los países árabes están atrasados a causa de la religión islámica y que los países árabes deben recuperar un destino común fuera del marco islámico. De todo esto, lamentablemente, no queda nada: Ghadafi ha vuelto al redil, en Egipto existe una dictadura personal, Irak está sumido en una guerra civil dentro de la guerra de (aquí si) “de liberación”, que durará años, y, el régimen baasista sirio está aislado y no es representativo de nada, prefiere, incluso, no llamar la atención. No hay socialismo árabe en el siglo XXI.

Cuando esta tendencia no se había confirmado completamente, pero si era demasiado visible para negarla, algunos descubrieron el Baas. En realidad, se trató de otra confusión beneficiada por el nombre del grupo Bases Autónomas que empezó a hablar de sí mismo como “opción basista”, jugando con su propio nombre. Este grupo afirmó una tendencia que también había aparecido en Europa en la extrema-derecha desde finales de los años 40: el “antisemitismo” había intentado pervivir en una categoría considerada como más respetable, el “antisionismo”. Y, dado que “los enemigos de mis enemigos, son mis amigos”, necesariamente los que estaban en primera fila de la “lucha antisionista”, los palestinos, eran “nuestros aliados naturales”.

También en esto había un error. En los años 60, cuando estaba todavía cerca el arranque del conflicto palestino, podían sostenerse posturas nítidas: “judíos agresores – palestinos agredidos”. Dentro de este contexto era fácilmente comprensible el mensaje “antisionista”. Hoy no está tan claro. Setenta años de conflicto son muchos años como para saber quien tiene razón. Los propios palestinos han contribuido a hacer indefendible su causa considerando enemigo, no solamente al Estado Sionista (lo cual es comprensible), sino a todos los ciudadanos israelitas, cometiendo atentados indiscriminados contra la población civil y lanzando a boleo cohetes sobre no importa dónde… todo esto no es, desde luego, la mejor forma de ganar simpatías. En el juego de represalias y contrarrepresalarias ¿quien puede decir quién tiene razón? ¿tiene alguién razón? ¿la población judía que recibe un misil arrojado al azar o los palestinos no combatientes masacrados por la cohetería judía a la búsqueda de terroristas? ¿Está todo tan claro como para poder definirse como pro-palestino o pro-judío en este innoble conflicto, sin ningún tipo de reservas mentales? Permítasenos dudarlo.

Para colmo, a finales de los años 70 aparece el islamismo político en Irán. El ambiente de extrema-derecha recogió con bastante interés esa experiencia nueva, especialmente por que se trataba de un movimiento anticapitalista y anticomunista, antisoviético y antiamericano, además de ser antisionista. A principios de los años 80 se produjo una oleada de simpatía de extrema-derecha hacia el gobierno islámico de Irán. Algunos militantes de extrema-derecha, incluso, no dudaron en islamizarse.

El problema –por que también aquí había un problema- es que estos movimiento eran ante todo islamistas y, como tal, sus principales aliados a considerar, no eran los grupúsculos de extrema-derecha europea… sino los islamistas residentes en Europa. Y estos eran, en medida creciente, inmigrantes procedentes de Turquía y del Magreb.

Así pues, la defensa de posiciones proislamistas llevaba directamente al gran conflicto en el que se encuentra hoy el ambiente NR: esa posición solamente es creíble en un marco de olvido absoluto de lo que representa la inmigración turca y magrebí en Europa.

¿Para qué asumir tareas de solidaridad y apoyo a países y grupos religiosos… que no pueden entender estos gestos dado que, al mismo tiempo, quien expresa esa solidaridad tiene tendencia a desconfiar de los inmigrantes islámicos en Europa? Y por lo mismo: ¿sirve de algo manifestar simpatías hacia el castrismo, hacia Chávez, las FARC, hacia Evo Morales, si para hacer coherente esta posición, hay que olvidar que los inmigrantes procedentes de los “países bolivarianos” están protagonizando una oleada masiva y sin procedentes históricos hacia España?

Y es aquí en donde llegamos al fondo de la cuestión

¿TERCERISMO O IDENTIDAD? ANTE LA IMPOSIBILIDAD DE TERCERISMO + IDENTIDAD…

Nuestro ambiente tiene que asumir una palabra mágica: COHERENCIA. La coherencia evita las contradicciones… con la contrapartida negativa de que definirse cuesta y sitúa siempre a alguien fuera. Pero así es la política… la eterna necesidad de definirse; si no hay definición no hay trabajo político posible.

Los últimos ejemplos que hemos puesto nos sitúan ante una problemática endiablada e irresoluble:

- el “tercerismo” (en sus múltiples variantes) lleva directamente a expresar solidaridades internacionales hacia experiencias muy distintas (pro-árabes, pro-socialistas iberoamericanas, fundamentalmente), en nombre de la “liberación nacional” y el “anti yankismo”.

- pero al mismo tiempo, ese régimen de alianzas, al ser expresado con claridad, genera contradicciones con el desarrollo de la actividad de propaganda en Europa de los grupo NR.

¿Por qué aparece este conflicto? Por falta de definición ideológica o bien por una definición ideológica deficiente.

Una ideología de liberación nacional… precisa definir antes los rasgos de esa nación. Y eso nos lleva a que, sobre las idea de “liberación nacional” se sitúan las idea de “definición nacional”, esto es las ideas de “identidad nacional”.

A partir de los años 60, mensajes como “ni USA ni URSS” eran ya interpretados de distintas maneras: para unos se trataba de oponerse a los dos imperialismos, pero para otros, además, se trataba de oponerse a esos dos imperialismos, no porque fueran imperialismos, sino porque sostenían modelos culturales, políticos y económicos diferentes. En aquellos momentos, los problemas identitarios no existían en la medida en que todavía las identidades nacionales no estaban en verdadero peligro e incluso estaba relativamente claro cual era la propia identidad.

Pero ha pasado mucho tiempo desde entonces: hoy, Europa está sometida a todo tipo de presiones. La inmigración ha pasado a ser el primer problema del continente y no solo por cuestiones económico-sociales, sino fundamentalmente por que tanto la globalización como la inmigración, íntimamente ligada a ella, ponen en peligro las identidades culturales de las naciones europeas. Entendemos, por lo demás, que el baluarte más fuerte contra la globalización lo constituyen los Estados Nacionales y la posibilidad de constituir una Unión Europea que rompa las reglas del juego globalizador. Eso solamente ocurrirá cuando Europa tenga clara cuál es su identidad, una identidad formada por distintas componentes que van desde el mundo clásico, hasta el catolicismo, y cuyo denominador común es el legado indo-europeo. No hay ningún valor por encima de éste y, por tanto, todo lo demás está subordinado a esto.

Cuando no se tiene presente la propia identidad –el “ser uno mismo” de los pueblos, es hoy la principal regla de vida de las comunidades- se olvidan las raíces. Sin raíces una planta no crece, y si logra crecer lo hace erráticamente, débil, mecida a merced del viento.

Cuando se tiene conciencia de la propia identidad, cuando se es fiel a las propias raíces, todo lo demás viene dado por añadidura: es rechazable todo aquello que amenaza esa identidad, es positivo todo lo que lo refuerza, es irrelevante todo lo que no aporta gran cosa a esta cuestión.

Desde un punto de vista identitario, el problema de la inmigración masiva, no es solamente un problema económico-social, adquiere otra dimensión: en tanto que altera la identidad de un pueblo y de una nación, es rechazable. Y esto tiene que ver en el problema de la selección de “amigos” y “solidaridades”.

Resulta absolutamente incoherente que todos los movimientos y regímenes con los cuales, una fracción de NRs muestra su solidaridad… sean prácticamente los mismos, que el zapaterismo tiene como amigos del alma (Chávez, Morales, Castro) o, pertenezcan a los bloques geopolíticos (andinos) y religiosos (islamistas) que constituyen lo esencial de la inmigración que llega a nuestro país. Lo que parece absolutamente absurdo es que si se adoptan posiciones, se están defendiendo identidades muy concretas (la andina-bolivariana, la identidad islámica) que, no solamente, no son europeas, sino que, además, amenazan a la identidad europea. Pocas veces se ha visto una incoherencia tan suicida como esta.

CONCLUSIONES

No pretendemos que El Caracol sea el marco para un debate entre los NR. Nuestra tarea empieza y termina señalando algunas contradicciones no resueltas en el seno de ese espacio. Pero al parecer, algunos ambientes NR viven mucho mejor en pleno ejercicio de la ambigüedad. Lo que nos preocupa, no es que no se recoja el guante del debate en El Caracol… sino que se escamotee el debate incluso en los propios medios y blogs específicamente NR.

En lugar de eso, lo más que se ofrece es una “hoja de ruta” de la que ni siquiera se sabe explicar en qué consiste, más allá de “encuentros amicales” y de que, sobre todo, se trata de evitar los “polemistas profesionales”… pero no se enumera ningún tema de discusión, tan sólo, tímidamente, si los NR deben ser una “corriente” o un “partido”... ¿y qué importa, si los principios de esa corriente o de ese partido no están suficientemente claros? Da la sensación de que los promotores de la “hoja de ruta” siguen aferrados a la tradición de huir de cualquier definición que pueda hacer perder un solo afiliado, aunque se mantenga la confusión que impide ganar afiliados y facilitar una profundización doctrinal.

En cuanto a nuestra situación personal se resume así: no nos podemos considerar miembros del “área NR” por la sencilla razón de que éste área debe definirse si quiere demostrar su existencia. No basta con “sentirse NR” hay que saber definir en qué consiste ese “sentimiento”.

Por nuestra parte, creemos haber dejado suficientemente claro, que lo identitario permite un mayor grado de definición y de él derivan tomas de posición coherentes en muchos aspectos. Nosotros, somos identitarios, no tenemos problemas de definición, pero nos gustaría saber si el sector NR está de ese lado o del lado tercerista.

 

14 comentarios

a -> lector -

OK. Oído barra. No conocíamos ese artículo, pero intentaremos hacer una recopilación de artículos publicados sobre este tema y en los próximos días aportaremos una opinión. Gracias.

lector -

a tener en cuenta en este debate:

http://orientaciones.blogia.com/2006/011902-orientaciones.php

Polvorón-ron -

Gran empanadilla mental la de alguno de los "nuevos sociatas" que escriben comentarios para demostrar lo que llevan dentro.
La realidad, es que a malos popes, corresponden malos discípulos. Si todaía no han sido capaces de entender, ni de querer reconocer las diferencias entre NS y NR, ¿como esperas que entiendan la semántica de las palabras? Para ellos "socialismo" es lo que ellos defienden, nada más. El resto es falso socialismo. Difícilmente el espíritu sectario y mesianico podría expresarse de forma tan claa.
Estos tipos, se llamen NR, NS, o NH, lejos, por favor: no quieren hacer política, quieren evidenciar su vacuidad.

Castro -

El mensaje de Socialismo 21 sirve para reforzar el título de esta entrada. A poco que se debata salen diferencias insalvables.
-Para Socialismo 21 la herencia, la sangre, el terruño, el idioma no tiene ninguna importancia frente a la "comunidad movilizada en un proyecto sugestivo de vida en común"; es decir Socialismo 21 comparte la definición de comunidad que creó los Estados Unidos, por ejemplo.

-Para otros la identidad viene definida fundamentalmente por la herencia, la sangre, el terruño y el "ius sanguis" como determinante a la hora de formar parte de una comunidad.

Dos ideas antitéticas e irreconciliables. Resta que cada uno defina en qué lado está.

Felicitaciones por el blog

El Carcol -> a Socialismo 21 -

Hombre, el mensaje te lo debería haber borrado por que no tiene mucho sentido dar 20 espacios después del último punto y aparte. Por lo demás, eres dueño de resumir y debatir con quien te dé la gana, especialmente si saben apreciar tus cualidades intelectuales. Aquí tus razonamientos, a decir verdad, nos han parecido más simples que el mecanismo de un botijo. Hubiéramos esperado, francamente, algo más sólido. A ver si otros tienen más suerte.

Socialismo 21 -

Ja,ja,ja.!Falta de argumentos! No hombre, no. Lo que pasa es que os molesta que se haya sintetizado en un par de palabras toda esa perorata reaccionaria sobre el Tercerismo y la Identidad. Si me permitís, la argumentación prefiero exponerla en otros lugares, pero ya que insistís os adelanto algo:la identidad se puede expresar de múltiples formas, pero a mí la única identidad que me importa es la que mantiene la idea revolucionaria de "comunidades movilizadas en un proyecto sugestivo de vida en común", dimensión política ésta muy superior a la identidad del terruño,la sangre y el idioma.
Ahora, supongo que borraréis el mensaje

















































Zorba, el que le gusta el griego -

Joder, algunos NR son más escasos a la hora de argumentar que un cocido en posguerra.

Zorba, el que le gusta el griego -

El problema, Diego, es que existen identidades contrapuestas especialmente en este momento en el que la inmigración masiva lo ha distorsionado todo. Manifestar el apoyo a Evo Morales sirve de muy poco si se pide, paralelamente, el control de los ñetas bolivianos en España y el cese de la inmigración masiva.
El problema que plantea este artículo es correcto: no se puede estar en misa y repicando. No se puede manifestar la solidaridad ocn gobiernos que prefieren solidarizarse antes con la inmigración masiva que está desmantelando nuestro país y nuestro tejido social que agradecernos la solidaridad.
En mi opinión es rigurosamente cierto que existe una contradicción insalvable entre apoyar a regímenes islamistas y decir, sí, pero lejos... ni unos de lo van a agradecer, ni para los de aquí esa posición es creíble.

Diego -

El identitarismo es un movimiento que defiende las identidades etnicas (cultura etc...) de cada lugar. De ahí que sea comprensible que se vean con buenos ojos algunos gobiernos tercermundistas que defieden su cultura, sus tradiciones, sus etnias etc...
La cuestión es que se defiende aquello en su tierra, eso es identitarismo. Cuando viene un inmigrante admirador de Evo, se está rompiendo la esencia identitaria de la exploración de la cultura y la raza en la tierra a la que pertenece, y por lo tanto ese admirador de Evo que sería pseudo-compañero en su país natal, al llegar a nuestra tierra y romper el "equilibrio identitario" pasa a ser un enemigo.
Defender el identitarismo global, es decir defender los movimientos identitarios de cada país, es defender que se queden en su tierra pues estás defendiendo que cada cultura se desarrolle exclusivamente en su tierra, en base a su raza.
De ahí que decir que apoyar esos regímenes es fomentar la inmigración es un tremendo error.

Salud.

A Socialismo 21 y de paso a Ajo -

¿"Coherencia nacional-derechista"? ¿"no hay por donde cogerlo"? ¿Y estos son argumentos? ¿esto son vuestras razones? Esto lo que evidencia es el estado del medio n-r: cuatro tópicos mal digeridos y expresados en menos de 20 líneas.
Y esa eterna acusacion "derechismo", que parece definirlo todo, es uno de los motivos por los que un día algunos dejamos de considerarnos NR: aquí todo se soluciona con una palabreja.
Si Ajo no ha entendido el fondo de la cuestión lo que debería de hacer es leer más lo que escriben los propios NR y así, a lo mejor pillaba el fondo de la cuestión.

¿Sabéis cual es vuestro problema? Que los "teóricos NR" se inhiben de los debates porque definirse tiene costes. y no están dispuestos a asumirlos.

¿Y así pretendéis hacer política y grandes revoluciones y todo eso, sin tener capacidad siquiera para sintetizar vuestros planteamientos, en lugar de limitaros a adjetivos que no quieren decir nada y a frases despreciativas que no se borran para dejar constancia de la talla intelectual de quienes las pronuncias?

Ánimo que vais a llegar muy lejos.


Ajo -

No hay por donde coger lo q has escrito en este articulo

Socialismo 21 -

Este artículo goza de una asombrosa coherencia...nacional/derechista.

Si hubiera que elegir, prefiero el caracol que, aunque lento, avanza hacia delante, que el comportamiento del cangrejo, que es a lo que nos conduciría si hiciésemos caso a los análisis de este blog.

El Caracol -> a Diego -

Tu lo verás claro, pero es incompatible defender a Chávez, a Castro, a Evo Morales y a Hezbolá, entre otros, y luego sostener en Europa una posición identitatia, cuando el principal problema de la identidad europea es el indigeniamo y el islamismo llegdo de la mano de legiones de inmigrantes.

El que algunos de los grupos que citas sostengan estas posiciones, no implica que no exista contradicción. Por eso se ha escrito este artículo.

Por otra parte, el problema no es que tú creas que lo identitario sea la tercera vía del siglo XXI... sino el valor que se da a los conceptos: el tercerismo mira demasiado fuera de Europa y cree que cualquier excentricidad que aparece por ahí, es un "aliado objetivo" de Europa... el problema es que aliado objetivo de Europa es todo aquel que impide que lleguen más inmigrantes a Europa.

Desde que Evo Morales ha llegado al poder, nos ha enviado en torno a 70.000 inmigrantes bolivianos.

Las solidaridades mostradas con la resistencia iraki, con los saharuis, con los palestinos, no ha servido para evitar que miles de islamistas emigren a España.
Y todo esto desfigura la identidad europea. Así pues, el dilema es ¿tercerismo o identidad? No es lo misma, a pesar de que algunos grupúsculos españoles o europeos lo defiendan.

Diego -

El identitarismo es en parte la terceravia del XXI, es una evolución lógica y así lo vieron desde muchos movimientos NR, pasandopor ND y llegando a Bloc, JI etc... Así que no entiendo muy bien este artículo, la verdad.