Blogia
e l C a r a c o l

LA TENTACION SINDICALISTA: ¿SON NECESARIOS SINDICATOS “PROPIOS”?

LA TENTACION SINDICALISTA: ¿SON NECESARIOS SINDICATOS “PROPIOS”?

Varias organizaciones de nuestro ambiente político se han creído obligadas en los últimos tiempos a montar sindicatos vinculados a ellos. Vale la pena valorar hasta donde han llegado estas experiencias y su viabilidad. Así mismo, habría que aprovechar la ocasión para establecer las bases de una estrategia sindical.  No pretendemos realizar un estudio del sindicalismo, sino definir solamente unas líneas de tendencia presentes en el sindicalismo moderno. Solamente a partir de ahi será posible establecer una estrategia y una forma de actuación en ese medio. También pasaremos revista a  los embriones sindicales actualmente presentes en nuestro ambiente político.

 

EL ESTADO DE LA CUESTION

 

Los siguientes partidos tienen su sindicato:

 

La Falange (Silva/Andrino): Trabajadores Nacional Sindicalistas.

Web: http://www.sindicatotns.com/

Gremios: Seguridad Privada y Ejército

Jefe Nacional: Carlos Rodríguez

 

El Movimiento Social Republicano: Unión Sindical de Trabajadores

http://www.msres.org/boletin_ust_n_04.html

Editan un boletín electrónico

 

También La Falange (Castelló/Cantalapiedra) ha mantenido una estructura sindical propia.

 

El grupo FE-JONS (Diego Márquez) mantiene la Unión Nacional de Trabajadores como sindicato “propio”, que ya existía en los primeros años de la transición, pero su existencia parece casi completamente virtual.

http://www.unt.org.es/

Cuesta ver, exactamente, la relación entre esta UNT y el sindicato CONS que también se propaga desde la misma web y que, a pesar de su amplia gama de servicios, da la sensación de ser otra iniciativa virtual

www.arrakis.es/~falange/cons.htm

 

Una noticia de abril de 2000 indicaba que Fuerza Nacional del Trabajo, el antiguo sindicato de Fuerza Nueva, había abierto una sede en Madrid en la calle Quintana, 20. Desconocemos si todavía existe algún núcleo activo de este sindicato.

 

No existen grupos sindicales vinculados a España 2000 o a los restos de DN, ni tampoco a la MNF o a FA. Tampoco en lo relativo a AES o a los grupúsculos NR.

 

Esta es la perspectiva: en realidad, pobre; mas bien, pobrísima; o más exactamente: volátil y gaseosa. No existe nada parecido a un sindicato, como máximo, la voluntad de crear un sindicato. Apenas nada.

 

Todos estos grupos sindicales proclaman su “independencia” en relación a los partidos políticos que los “albergan”. En realidad, más que sindicatos, son “secciones de trabajadores” de los partidos con los que tienen relación, como lo son los grupos juveniles o estudiantiles.

 

EL SINDICALISMO EN EL SIGLO XXI

 

A efectos de llevar una lucha sindical, es preciso tener en cuenta:

 

-  Lo específico del trabajo sindical en el momento actual: se trata, en un 90%, de defender los derechos de los trabajadores. El 10% restante es lo que los teóricos del sindicalismo han llamado “servicios”. Cuando a mediados de los 80, se puso de manifiesto que las reivindicaciones “anticapitalistas” de los sindicatos habían pasado a la historia, se descubrió que estas estructuras no tenían otra función que velar por los intereses de los trabajadores. Algunos pretendían que podían servir para algo más y así surgió la idea de los “sindicatos de gestión” que ofrecieran mejores oportunidades para sus afiliados (viviendas baratas, facilidad para crear cooperativas, servicios vacacionales, etc.).

 

- Los sindicatos, en la actualidad, distan mucho de ser “representativos” de la clase trabajadora. El nivel de afiliación sindical en España, en estos momentos, está a mínimos. La propia gestión de los sindicatos es ampliamente insuficiente: la prueba es de que desde hace veinte años, los sindicatos aceptan firmar acuerdos con el gobierno y la patronal, ampliamente desfavorables para los trabajadores, ignoran sus verdaderos problemas y los “agentes sociales” no son nada más que el decorado adecuado para escenificar acuerdos antisociales.

 

- Los sindicatos cada vez más, agrupan a un sector minoritario de la clase obrera, con unas características muy bien definidas: trabajadores con contratos fijos que, habitualmente, ocupan algún puesto destacado en la jerarquía laboral (capataces, mandos intermedios, etc.). Los contratos basura, la precariedad y los bajos niveles salariales, han recluido a la afiliación sindical al sector más minoritario de los trabajadores.

 

- Se suele decir que los sindicatos “son de izquierdas”, cuando en realidad lo son solamente sus cúpulas. En realidad, la clase obrera tiene unas convicciones más de derechas que la burguesía conservadora: aprecio a la familia, odio por la delincuencia y la dejadez en materia de orden público, antiinmigración, valores tradicionales.

 

- No existe ni un solo elemento revolucionario en el sindicalismo actual e incluso su carácter reivindicativo se ha rebajado a mínimos. Están vacíos de contenido.

 

TODO VACIO PUEDE SER RELLENADO CON NUEVOS CONTENIDOS

 

Cuando se dice que los sindicatos “son parte del sistema”… es rigurosamente cierto. No podía ser de otra manera: el sindicato que recibe como fuente especial para su supervivencia, fondos públicos, difícilmente puede oponerse decididamente a los que tan generosamente le permiten sobrevivir. En ese sentido el sindicalismo si es una parte del sistema y, además, muy sumisa. Si en los últimos diez años, los salarios han permanecido estables y la inflación acumulada ha alcanzado los 40 puntos, perdiendo la clase obrera un 40% de capacidad adquisitiva, ese es un fracaso, sobre todo, de los sindicatos.

 

Ahora bien, las cosas no son tan simples. El que unas burocracias sindicales prefieran sueldo fijo, poco trabajo y cierta fama, no implica que el sindicalismo hoy sea un trasto viejo e inútil. El sindicalismo todavía tiene futuro en su terreno: las reivindicaciones de los derechos de los trabajadores. Este es el campo del que han desertado. Y no nos referimos a la “pequeña reivindicación” (un juicio por despido, la negociación de un pequeño convenio sectorial, de alguna mejora en el puesto de trabajo, etc.), sino a la “gran reivindicación” social: la lucha contra la globalización y todo lo que ello implica, deslocalización empresarial e inmigración masiva, elementos que alteran ambos los parámetros de las condiciones laborales.

 

Así pues, además del discurso sindical habitual, se trata de realizar un discurso de máximos en el que se diga claro y alto que los intereses de las clases trabajadoras europeas son incompatibles con los intereses de la globalización, y, por ello, con la inmigración masiva y la deslocalización.

 

Y para esto las estructuras sindicales son todavía útiles… a condición de estar presentes en ellas. Allí es donde hay núcleos de trabajadores más o menos organizados y contando con una estructura financiada por el “sistema”, es ahí en donde hay que estar. El pez necesita agua para nadar: el sindicalismo, nos aporta, involuntariamente, esa agua.

 

ASI PUES, UNA CONCLUSION

 

Se imponen pues una serie de conclusiones obligadas y de difícil refutación:

 

1) Los grupos patrióticos son, hoy por hoy, demasiado débiles para poder constituir un sindicato propio. Hacerlo supone debilitar fuerzas y crear un nuevo frente de trabajo que no puede ser debidamente atendido.

 

2) Por su naturaleza la tarea del sindicalismo supone básicamente atender y defender los derechos de los afiliados. Esto implica tener capacidad de presión y capacidad de defensa jurídica, algo que, dada la debilidad estructural de estas organizaciones, no están en condiciones de asumir en grado y medida suficientes.

 

3) Los sindicatos actuales son relativamente independientes de los partidos… aunque no del poder, esté quien esté. El esquema de UGT, sindicato del PSOE y CCOOO sindicato del PCE, ya no es cierto. El PCE se ha descompuesto… pero no el sindicato que crearon durante el franquismo y UGT ha chocado tiempo atrás en multitud de ocasiones con el PSOE.

 

4) Los obreros identitarios, miembros de un movimiento cívico trasversal no deberían encontrar ninguna dificultad en militar en ninguno de estos dos grandes sindicatos o en sindicatos independientes de rama, pudiendo –tal como ha ocurrido con relativa frecuencia- ocupar cargos representativos.

 

5) Este planteamiento es doblemente ventajoso: por un lado se dispone de una estructura de apoyo a los derechos de los trabajadores y por otra se abre un nuevo frente de trabajo político.

 

6) Esto último merece ser ampliado: porque es entre la clase obrera entre donde podemos reclutar más votos y simpatizantes esgrimiendo el problema de la inmigración. Y si se trata de eso, no se trata de crear una pequeña organización que separa por sus altos muros del resto de trabajadores, sino de militar allí en donde se encuentran afiliados una parte sustancial de los trabajadores.

 

7) La conclusión final es que, el ámbito laboral es completamente diferente al juvenil o al estudiantil, en tanto que precisa una estructura muy compleja para satisfacer sus fines. Dado que no existen posibilidades de disponer de una estructura sindical eficaz, todo induce a recomendar el trabajo en el interior de los sindicatos mayoritarios y en los sindicatos independientes de rama.

 

Resumen:

El pez sin agua se ahoga incluso si ha logrado retener un poco de agua en un dedal. Así mismo, los pequeños sindicatos “patrióticos”, a pesar de sus buenas intenciones, no pueden sobrevivir a largo plazo como formaciones autónomas de defensa de los derechos de los trabajadores. Así pues, los núcleos obreros de nuestro ambientes deberían buscar “agua” y esa agua no puede más que estar en los sindicatos mayoritarios.

 

4 comentarios

Castro -

En el único país donde funciona un sindicato "nuestro" es Italia.

Se trata de la Unione Generale del Lavoro (UGL) fundada en 1996 a partir de la antigua CISNAL (Confederazione Italiana Sindicati Nazionali Lavoratori).

Para quien le interese, su sito es:

http://www.ugl.it




Sorpreso -

Me sorprende el bajo nivel de interés que ha suscitado este artículo. Eso, o quiere decir que estamos todos de acuerdo o que apenas hay trabajadores entre nosotros.

Me llama la atención que sobre el tema del macarrismo y los skins haya más de cuarenta intervenciones y en cambio sobre este tema yo sea la tercera intervención.

Está claro: o estamos todos de acuerdo y no hay discusión posible, o el tema sindical no nos interesa. Y esto último sería grave.

Cóndor -

El área sindical es muy interesante sin duda alguna para nuestro ambiente político.

Desconozco en gran medida este área. Del único sindicato ue había oído hablar era del TNS, el cual no sé cuanto ayuda o deja de ayudar al trabajador o la calidad de sus miembros, pero independientemente de eso me parece una oportunidad como embrión.

Por otro lado creo muy útil trabajar en sindicatos del sistema como método de formación, y así tener gente preparada si en un futuro se forma un sidicato propio. Sin embargo no se si será tan fácil buscar clientela política ahí dentro o transformarlo desde adentro... un poco difícil...

miguel angel martínez -

En efecto,nuestro ambiente todavía es muy minoritario como para crear un sindicato con una base suficiente como para tener éxito(si no somos capaces de crear un partido respetable imaginate un sindicato).Pero debemos estar atentos, ya que en fechas próximas es muy posible que empicen a tomar cotas de poder partidos antiinmigración,lo que facilitará la creación de las bases necesarias para la formación de un sindicato propio.

Mientras ocurre esto,como bien apunta el caracol,es mejor actuar desde los sindicatos mayoritarios.Ahora bien, hay que tener en cuenta que sindicatos como UGT o CCOO(este en menor grado)están politizados,no sus bases apolíticas y hasta en muchos casos afines(he visto muchos camaradas en sus filas),sino la dirección.Por lo tanto la tarea de infiltración dentro de estos sindicatos con el fin de transformar desde dentro los mismos(Al estilo del FN en Francia,que ha conseguido tomar varios sectores de Fuerza Obrera)es loable aunque altamente complicada.

Por lo tanto deberemos pertenecer a estos sindicatos siempre que no hubiera otros independientes o corporativos de los que formar parte.Dentro del sector público o relacionado con la administración,ya sean trabajadores funcionarios,interinos o eventuales,existen numerosos sindicatos independientes o corporativos cuyas direcciones son mucho más permeables.Son muchos los ejemplos CSI-CSIF,CSIT,sindicatos independientes de enfermeras,de médicos,de maquinistas,de revisores,policiales,etc....

Así,como conclusión, cuando no haya otro remedio ,deberemos militar en CCOO o UGT,intentando cambiar los mismos.Pero si no es así, es mejor militar en sindicatos más arriba mencionados cuya "conquista" es más sencilla.

El día que estemos representados en las cámaras,comunidades y ayuntamientos y tengamos una masa crítica suficiente,será recomendable la creación de un sindicato propio(completamente transversal),que como hace hoy la CGT O USO,vayan dinamitando a los sindicatos mayoriatarios en el sector privado ,ya que en el público será aconsejable no perder el terreno que hayamos "conquistado".

PD:ah,por cierto,en el sector militar(militares y guardias civiles)va a haber cambios.
Hoy en la guardia civil hay dos asociaciones que defienden los derechos de los mismos y que son el germen de futuros sindicatos.Son AUGC Y ASIGC.Tanto de lo mismo sucede en el ejército.

Una representa a la izquierda,al estilo SUP en policía nacional y otra a la derecha.

Pero mientras esto ocurre, gente de nuestro sector habla de la "confabulación de rojos dentro de las FFAA" cuyo fin es desmitarizarlas.Discurso reaccionario y no de vanguardia que es incapaz de ver el cambio de los tiempos y que no hay marcha atrás .Hoy, los ejércitos más poderosos del planeta,como el yanqui,tienen sindicatos que defienden a sus integrantes.Mientras este la cosa regulada no hay ningún problema.Estamos perdiendo una oportunidad única de tener un sindicato fuerte en un sector como el militar. Ahora que la cosa está en forma embrionaria es el momento.¿seguiremos siendo los gilipollas de turno,al estilo Martín el facha?